Emoción a raudales en la entrega del Premio Servir del Rotary Club Pontevedra al campus local. Y no solo por las sentidas palabras del vicerrector, Jorge Soto, para ensalzar la conexión UVigo-ciudad, sino también por los nostálgicos recuerdos a Ángel Caruncho y Magín Froiz (dos personas muy vinculadas al colectivo rotario) y por las connotaciones de la invasión de Ucrania a través de la experiencia de una familia de refugiados.
Un cúmulo de sentimientos que arrancó con las palabras del macero (maestro de ceremonias rotario) Arturo Ramírez, quien apeló a los valores de la entidad para intentar mejorar el mundo: ilusión, amistad y pasión.
Durante su alocución pidió un minuto de silencio en memoria de Ángel Caruncho, "compañero rotario de muchos años", y de Magín Froiz, "nuestro amigo y siempre dispuesto benefactor".
Posteriormente presentó "a una madre coraje", Silvana López, que no dudó en ofrecer su vivienda para acoger a una refugiada ucraniana y sus tres hijos. La mayor, Anastasiia Strilets, interpretó una canción sobre la unidad, la sociedad y sobre "no tengo casa", que arrancó los emocionados aplausos de todos los presentes.
Posteriormente tomó la palabra Carlos Alonso, presidente de Rotary Club de Pontevedra, para poner en valor el compromiso adquirido por la Universidade de Vigo a través del "pacto social suscrito con Pontevedra y que va más allá de la formación académica, de la investigación y de la economía circular que genera, pues este compromiso implica el fomento de unos principios y valores que redundan en beneficio de toda la sociedad y no sólo de la población universitaria".
En su discurso de agradecimiento, Jorge Soto disculpó la ausencia del rector, que por motivos de agenda no pudo asistir, y también se sumó al homenaje a Magín Froiz: "Se ha muerto una persona imprescindible para entender la historia social, cultural y económica de Pontevedra.
Compartió el premio con toda la comunidad universitaria, desde el personal de administración y servicios hasta los alumnos, pasando por los docentes, al apuntar que "lo recibimos como una deferencia hacia ese mensaje de trabajar pensando siempre en lo mejor para nuestro campus".
"Queremos trabajar por y para el campus y por y para la ciudad, porque no entendemos el campus sin Pontevedra. Es fundamental trabajar en ese sentido, porque Pontevedra será más fuerte, más rica y más universal si la Universidad trabaja por y para ella", dijo.
La entrega de la XXII edición del Premio Servir se enmarca dentro de un acto benéfico, cuya recaudación obtenida se destinará como ayuda humanitaria a las víctimas de la guerra de Ucrania. Además de los socios rotarios, al mismo asistieron el alcalde de la ciudad, Miguel Anxo Fernández Lores; la subdelegada, Maica Larriba; el general jefe de la Brilat, Luis Cortés; el coronel jefe de la Comandancia, Simón Venzal; la directora de la Fundación Cidade da Cultura, Ana Isabel Vázquez; el director de Agadic, Jacobo Sutil, y el responsable del Conservatorio Mayeusis, Rodrigo Silva, entre otros.
En sus intervenciones, tanto Fernández Lores como Maica Larriba han enfatizado la importancia que el campus de Pontevedra tiene en la ciudad y su entorno.
También se hizo un reconocimiento a la labor desempeñada por estudiantes de primero de bachillerato de diferentes centros educativos de Pontevedra en el proyecto de Rotary Jóvenes en acción, que se encuadra dentro de las áreas de protección del medio ambiente, salud materno infantil, enfermedades y tercera edad. Proyectos que también fueron presentados durante la celebración de la gala solidaria, que contó con la actuación musical de jóvenes estudiantes del grado superior del conservatorio Mayeusis.
