Pontevedra sitúa 2020 como el año de implantación total del sistema de compostaje

El Concello contratará a cuatro técnicos para impulsar el reciclaje de la basura orgánica, controlar composteros y resolver dudas vecinales

Raimundo González Carballo. DP
photo_camera Raimundo González Carballo. DP

La implantación total del sistema de compostaje, que obligará a la mayor parte de los vecinos a reciclar sus restos de comida a través de composteros individuales o comunitarios, se hará en 2020. Es el nuevo calendario que maneja ahora el Concello para poner en marcha su nuevo plan de basuras. El portavoz municipal, Raimundo González Carballo, informó ayer de la aprobación de un programa temporal de compost en el municipio. Consistirá en la contratación de cuatro técnicos que se ocuparán de impulsar los cambios necesarios para que la iniciativa se ponga en marcha. 

El personal en cuestión, para el que todavía no hay consignación presupuestaria, estará formado por un técnico superior en gestión de residuos y tres auxiliares. Entre sus tareas figuran la supervisión del despliegue de composteros en el ámbito urbano y en el rural, la toma de datos sobre el funcionamiento de estos centros de reciclaje, el asesoramiento y la resolución de dudas de los vecinos y la organización de charlas informativas para la ciudadanía. 

Sus tareas serán muy parecidas a las que, en teoría, desarrollan los mestres composteiros de la Deputación. A diferencia de estos últimos, los futuros técnicos municipales trabajarán a tiempo completo y no a media jornada. «É conveniente contar con persoal propio para realizar unha avaliación continua do funcionamento do sistema», explica la Memoria de este programa temporal de compostaje aprobada ayer por la Xunta de Goberno local.

POR FASES. El documento recuerda, por otra parte, que el sistema de compost «non está instaurado na totalidade do municipio e descoñécese o impacto da súa posta en marcha en todo o territorio». «É polo que se fai necesario iniciar este programa temporal, a fin de valorar ese impacto na comunidade veciñal, definir o grao de implantación e os precedementos a establecer», expone. 

En la práctica, el objetivo del Gobierno local es evitar rechazos vecinales como el surgido en Monte Porreiro, un conflicto que aún no se ha resuelto y que ha obligado a paralizar la instalación de composteros comunitarios en el barrio. 

En la actualidad, el sistema de reciclaje de restos de comida funciona en una parte de Monte Porreiro (Praza de Europa y calles Alemaña, Europa y Grecia), en el lugar de Cabaleiro, en la parroquia de Campañó, y en el entorno del campus universitario. El siguiente paso será extender este modelo, centrado en unidades para compostar, en barrios como Campolongo. También está pendiente el reparto de 8.000 composteros individuales a todas las casas con huerto del rural y del ámbito urbano y la instalación de un nuevo contenedor en el centro para que los vecinos depositen la basura orgánica. Esta última se transportará a la planta de A Canicouva, aún sin construir.


 

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