Pontevedra también está de Ramadán

RELIGIÓN ►La ciudad cuenta en su censo con más de medio millar de ciudadanos de países de religión islámica. Estos días, los musulmanes celebran el Ramadán, una celebración que consiste en guardar ayuno durante las horas de sol para depurar cuerpo y alma, acercarse más a su Dios y ponerse en la piel de quien pasa hambre

Youssef El Kariki junto a los fieles. RAFA FARIÑA (ADP)
photo_camera Youssef El Kariki junto a los fieles. RAFA FARIÑA (ADP)

No comer hasta el atardecer para ponerse en la piel de quien pasa hambre. Depurar el cuerpo y el alma y acercarse más a dios. Estas son las principales finalidades del Ramadán, una tradición propia de la religión islámica que las migraciones han traído a Pontevedra. Desde el pasado domingo, los musulmanes del mundo están de Ramadán durante un período que se prolongará hasta el 4 de junio.

La comunidad islámica de Pontevedra vive estos días una de sus fiestas más importantes. Según el padrón municipal, en la Boa Vila residen más de medio millar de ciudadanos originarios de países de mayoría musulmana. La mayoría de ellos son de Marruecos, pero también hay una comunidad importante de senegaleses, así como de personas de Bangladés o Pakistán y Argelia.

El imán de la única mezquita de la ciudad, situada en la calle Gaiteiro de Soutelo, es Youssef El Kariki. "Recibimos a unas 50 o 60 personas para rezar cada día, aunque los viernes y los sábados viene más gente", explica. En cuanto a las nacionalidades, la mayoría son de Marruecos, pero también suelen acudir a rezar bangladesíes y pakistaníes.

Los horarios
Hasta que no se pone el sol no se puede comer, fumar ni tener relaciones sexuales; la comida del fin del ayuno se llama 'ftour'

Pero, ¿en qué consiste el Ramadán? Es un período del año en el que, además de guardar ayuno durante el día, se fortalece el vínculo de los creyentes con Dios. "Todos los días rezamos cinco veces, pero, durante el Ramadán, la última oración se prolonga más tiempo, desde las 23.15 hasta casi la medianoche", explica El Kariki. Al ponerse el sol, se acaba el ayuno y los creyentes lo celebran con el conocido como ftour, la comida que se ingiere al ponerse el sol. Además, una vez que termina el mes de ayuno, se celebra una fiesta conocida como Eid al-Fitr.

En la calle Ernesto Caballero, Mohamed Bah, presidente de la Comunidad Islámica de Pontevedra, regenta el único establecimiento de la ciudad que ofrece productos cárnicos con el sello halal –más información, en el destacado de la parte inferior de este texto–. "Los platos típicos de esta época son una sopa que se llama harira (con legumbres, tomate y fideos), los dátiles y unos pasteles llamados chebakia a base de harina, miel e hinojo", cuenta Bah mientras atiende a la clientela. El mandato del Corán es que, en el momento de romper el ayuno, las familias deben ofrecer su comida a quien lo necesite y dar que comer a quien no pueda permitirse un plato de comida.

Mezquita
A la mezquita de Pontevedra suelen acudir entre 50 y 60 personas de países como Marruecos, Senegal o Pakistán

LA COMIDA. La cuestión es no ingerir demasiada grasa para conseguir el objetivo de purificar cuerpo y mente. "Tomamos cosas dulces para tener energía durante el día, pero tampoco es bueno empacharse, sobre todo antes de ir a rezar", explica Bah. Y es que en la rutina diaria de un día de Ramadán, tras la rotura del ayuno, que se produce con la puesta de sol, tiene lugar el último rezo del día. "Para ir a rezar es mejor no ir muy lleno, luego, al salir de la mezquita, ya puedes ir al bar, charlar un rato o fumar", cuenta mientras muestra el calendario con el horario de rezos, que cambia cada día en función de la hora a la que amanezca y se ponga el sol. Porque el Ramadán no se limita solo a la comida o la bebida. Mientras no anochece no se puede comer, beber, fumar ni mantener relaciones sexuales. "Luego, por la noche, puedes hacer vida normal", explica Bah, que tiene en su móvil una aplicación que le avisa cada vez que toca rezar. "Cuando suena tienes un tiempo para lavarte con agua las manos, los pies, la cara y la boca y luego rezas durante unos cinco minutos aproximadamente", explica.

Es por eso que durante esta época los musulmanes duermen menos por la noche y prefieren descansar durante el día, una costumbre que no siempre se adapta a los horarios de trabajo en España. Mohamed Bah cambia sus hábitos estos días para adaptarse al ayuno. "Abro más tarde y cierro antes, sin pausa al mediodía", explica. "En mi caso, yo no tengo queja porque no tengo un trabajo muy duro, de hacer fuerza, el ayuno se hace más complicado para las personas que trabajan en el mar o en el campo", contaba ayer Mohamed. Además, con el calor, se hace más difícil aguantar sin comer durante todo el día. "Es cierto que en Marruecos hace más calor, pero es más seco. Aquí estos días está haciendo fresco, pero en una semana subirán las temperaturas y a mí la humedad y el calor no me gusta, porque sudas más", cuenta.

Otro de los inconvenientes de Galicia es que los días son más largos que en Marruecos y, por lo tanto, el ayuno dura más tiempo, aunque hay lugares de la geografía en los que las noches son todavía más cortas. Sin embargo, Mohamed se siente integrado en la ciudad, después de unos años en la Boa Vila. "España no es tan diferente a Marruecos, echamos de menos a nuestras familias porque las queremos, pero hemos venido a trabajar, a mejorar nuestras vidas y aquí nos sentimos bien tratados, no tenemos ningún problema para profesar nuestra religión", cuenta.

Una carnicería halal en Pontevedra

Mohamed Bah en su establecimiento

Mohamed Bah es presidente de la Comunidad Islámica de Pontevedra y regenta desde hace cuatro años una carnicería. En su establecimiento vende productos halal, carne de animales sacrificados tal y como dice el Corán, mirando hacia la Meca y con un corte limpio en el cuello hasta desangrarse por completo. Además, como es sabido, en el mundo musulmán no se consume carne de cerdo, que es considerado un animal sucio.

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