"En dos semanas ni se acordarán"

Pontevedra también tiene la fiebre 'spinner'

El juguete de moda se encuentra agotado en numerosos establecimientos de la ciudad
Un grupo de niños del Colegio de Barcelos con sus spinners
photo_camera Un grupo de niños del Colegio de Barcelos con sus spinners

En su día fue el yoyo, luego el tamagochi, el verano pasado el Pokemon Go recorriendo la ciudad ‘atrapando’ figuras virtuales... Son innumerables las modas. Ahora hay un nuevo boom por todo el país que también ha llegado para quedarse en Pontevedra.

Es el hand spinner, una especie de pequeño rodillo que se coloca sobre la mano y que gira sobre su propio eje. Un juguete confeccionado, en principio, para niños que padecen autismo o déficit de atención para que mantengan la concentración en un punto fijo pero que hace la delicias de críos de todas las edades en los recreos de los colegios. Tal es el fenómeno que en muchos puntos de la ciudad se encuentran agotados y muchas tiendas y bazares ya han visto en este artilugio una máquina de ventas.

"Es una chorrada porque lo único que hace es girar. Hay algunos chicos que hasta lo giran con la nariz"

En la mayor parte de jugueterías consultadas el spinner está agotado. Esta semana se podía encontrar en un bazar chino a un precio de entre 4,50 y 5,50 euros, si tenía luces. Tras consultar en varios establecimientos de venta de productos infantiles fue imposible conseguir uno: o esperan una nueva remesa o han tenido que busca un propio distribuidor para adquirirlos.

Así, en una tienda de golosinas de la calle Oliva, esperaban tenerlo en su establecimiento esta semana. "Unas 30 veces al día me preguntan por él. Hemos tenido que buscarlo por nuestra propia cuenta porque no conseguíamos un distribuidor", indicó el dependiente.

ESCOLARES. El boom de esta moda se hace visible a la entrada y salida de los colegios y también a la hora del recreo. Por ejemplo en el colegio CEIP Barcelos, donde los niños merodean la zona acotada para el esparcimiento presumiendo de su última y codiciada adquisición con los infinitos modelos existentes en el mercado, desde estampado con figuras de superhéroes hasta fluorescentes en la oscuridad.

Es el casó de Josué, un estudiante de este centro que se gastó 10 euros a través de una conocida plataforma digital de compras. "Lo tengo desde hace unos días y me gusta. Tengo éste y otro más. Los hay de colores y otros que se iluminan", apunta.

Junto a él se encuentra Candela, de 6ºPrimaria. "Es una chorrada porque lo único que hace es girar. Hay algunos chicos que hasta lo giran con la nariz", comenta asombrada ante la fiebre spinner que ha invadido a la ciudad.

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