Pontevedra triunfa en la Unesco

La piedra seca gallega ha sido incluida en la lista de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de la Unesco en una candidatura conjunta de ocho países. Se trata de una técnica de construcción autóctona que abunda en Pontevedra y otros puntos de Galicia, y que se caracteriza por la carencia de mortero que pegue las rocas entre sí

Paisaje del rural gallego donde se observa con claridad un ejemplo de muro construido con el método de la piedra seca. CEDIDA
photo_camera Paisaje del rural gallego donde se observa con claridad un ejemplo de muro construido con el método de la piedra seca. CEDIDA

La piedra seca es ahora uno de los 14 elementos españoles, y el primero gallego, considerado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Unesco. Pontevedra es una de las comarcas especialmente ricas en este tipo de construcciones, aunque se trata de una técnica abundante en otras zonas de la comunidad autónoma. La Unesco puso el foco en esta técnica de construcción gracias a una candidatura conjunta impulsada por Grecia y Chipre, que también integraba tradiciones constructoras de Suiza, España, Francia, Italia y Eslovenia.

Pese a que, dentro de España, la candidatura también tenía en cuenta las comunidades autónomas de Andalucía, Aragón, Asturias, Baleares, Extremadura, Cataluña y Valencia, Galicia participó intensamente en el desarrollo del proyecto, pues ya desde septiembre de 2016, esta técnica de trabajo entró en el Censo del Patrimonio Cultural de la Xunta. Para preparar la candidatura, se hizo un trabajo de investigación en el que se colaboró con canteros y especialistas en la cantería tradicional, para finalmente presentar la propuesta conjunta en marzo del pasado año.

La piedra seca es el primer elemento gallego en lograr este reconocimiento

La piedra en seco es considerada una prueba de las formas de vida tradicionales de Galicia. Desde la comarca de Pontevedra, hasta Bergantiños, Fisterra, Ribeira Sacra, Terra Chá, Deza, Xallas, Terra de Soneira o Terra de Montes, esta forma de construcción forma parte de la estética de gran parte del rural gallego.

El reconocimiento no conlleva ninguna obligación adicional en cuanto al cuidado de estas construcciones por parte de sus propietarios. Según la Xunta de Galicia, esta distinción supone el compromiso de los paises seleccionados en la salvaguarda y promoción de esta tradición constructora. Para esto, la Xunta, a través de la Consellería de Cultura y Turismo, tiene previsto llevar a cabo varias acciones. Entre ellas, el desarrollo de una aplicación móvil con la que se pueda acceder a información relevante sobre la piedra en seco, así como a los ejemplos más significativos y su localización; la realización de un censo que mantenga controlados los elementos construidos con este método y una serie de ayudas que facilite la rehabilitación de los bienes alzados con esta técnica.

Mapas de las zonas donde abunda la piedra seca
Mapas de las zonas donde abunda la piedra seca
 

En Galicia, la piedra seca lleva años siendo utilizada para diferentes usos agrarios, así como en muros, molinos, cierres o graneros, gracias a su facilidad de construcción, convirtiéndose en una pieza fundamental del paisaje rural.

Se trata de una montaña de piedras apiladas de forma a dejar el mínimo espacio ente ellas y facilitar el trabajo de la gravedad, que las ancla al suelo. Pese a que el territorio gallego está repleto de este tipo de construcciones, la técnica no es exclusiva del noroeste español. Paises como Escocia o Egipto también cuentan con numerosos ejemplos de construcciones levantadas mediante este procedimiento.

Galicia participó en el desarrollo de la candidatura desde la introducción, en 2016, de la piedra seca en el Censo del Patrimonio Cultural de la Xunta

El caso gallego, sin embargo, es peculiar por el carácter rural y descuidado de las edificaciones. Mientras que en otras partes del mundo, la piedra seca era utilizada con piedras perfectamente acopladas, en Galicia, la tradición cantera se despreocupa de la estética para centrarse en la funcionalidad. En muchas ocasiones se utilizaban las piedras que entorpecían el cultivo, por lo que los huecos entre rocas tenían que ser cubiertos con arena.

Este tipo de construcciones pueden encontrarse en algunos sitios de interés turístico y cultural como el mercado popular de Agolada, los Muiños do Folón, o los caminos de Santiago, donde se pueden distinguir las distintas tipologías de esta técnica, típicas de las diferentes zonas por las que pasa la ruta.