Pontevedra vuelve a comerse la noche

La Policía Local constata un alto número de llamadas por botellones y ruidos en viviendas. La jornada del sábado se cerró con una denuncia por desobediencia en la calle Padre Luis
undefined
photo_camera Ambiente en la tarde del sábado en la Praza do Teucro. RAFA FARIÑA

Los pontevedreses vuelven a comerse la noche. Lo hacen, en su gran mayoría, respetando las normas que marca la pandemia del coronavirus, que todavía no se ha superado. La prueba piloto del ocio nocturno, con la reapertura controlada de La Pomada, sirvió para testar las ganas de fiesta de muchos vecinos que llevaban tiempo sin entrar en un pub como consecuencia de la crisis sanitaria. 

Pero la verdadera movida nocturna no estuvo dentro de los bares, que este domingo pudieron abrir hasta la una de la madrugada, sino en el exterior. El buen tiempo propició la actividad de las terrazas. Hasta tal punto que en algunas de ellas era misión casi imposible poder encontrar un sitio para sentarse. 

La Policía Local de Pontevedra mantuvo los controles durante la jornada del sábado, que supuso una nueva desescalada en las restricciones que hasta ahora mantenía la covid-19. Al frente de las patrullas estaba el jefe del cuerpo municipal, José Manuel Duarte.

Bares de la zona vieja controlaron los accesos para evitar problemas de aforo en el interior. Pudieron abrir hasta la una de la madrugada

Fuentes del cuerpo aseguraron este domingo a Diario de Pontevedra que la noche fue tranquila y que no se produjeron "incidentes" de consideración. Lo que sí constataron las fuerzas del orden es la presencia de multitud de personas en distintos puntos de la ciudad. 

Las mismas fuentes señalan que la centralita de la Policía Local siguió recibiendo un alto número de llamadas de particulares en las que denunciaban actuaciones incívicas o prohibidas. Entre ellas, la celebración de botellones y ruidos en el interior de viviendas. En todos los casos, los agentes municipales no hallaron ninguna conducta irregular. De hecho, en uno de los desplazamientos al Recinto Feiral, en el que se había advertido la presencia de jóvenes consumiendo alcohol en la vía pública, algo prohibido en Galicia por la pandemia, los policías no encontraron a los chavales bebiendo. 

La jornada del sábado se cerró con una denuncia por desobediencia a un individuo que se encontraba en la calle Padre Luis. Bares de la zona vieja hicieron cumplir las normas. Algunos controlando los accesos para evitar problemas de aforo en el interior.

Comentarios