Un pontevedrés acepta un año por espiar con una cámara en el baño a sus compañeros de trabajo

El condenado tiene diagnosticado un trastorno de voyerismo

Una imagen de archivo alusiva al vouyerismo
photo_camera Una imagen de archivo alusiva al vouyerismo.

Un vecino de Pontevedra de 34 años ha aceptado una pena de un año de cárcel por colocar una cámara y un dispositivo de audio en los cuartos de baño de su empresa. El juzgado de lo Penal número de 2 de Pontevedra ha aceptado la suspensión de la pena siempre que no vuelva a delinquir en los próximos dos años. Por otra parte, tendrá que abonar 4.500 euros de multa.

El condenado filmaba a sus compañeros en el retrete con un dispositivo en forma de petaca, tal y como ha reconocido él mismo, que tiene diagnosticado un trastorno de voyerismo. Según la sentencia, dicho trastorno, aunque "limita moderadamente sus facultades volitivas", no "altera su capacidad intelectual", añadiendo el magistrado que actuó "voluntariamente" y de "forma prolongada en el tiempo", a pesar de conocer "sus inclinaciones".