La nueva cepa de la SARS-CoV2, las condiciones restrictivas de la cuarentena que, previamente a su descubrimiento, ya había implementado el Reino Unido para quienes decidiesen salir del país en fechas navideñas, y, sobre todo, la incertidumbre, han pesado en la mochila de decenas de pontevedreses que cursan estudios o viven en Londres y en las ciudades confinadas de Inglaterra para que optasen, en su mayoría, por quedarse en su lugar de trabajo y dejar las celebraciones en la ciudad del Lérez para otra fecha.
El giro que han dado los acontecimientos en cuestión de días ha cambiado el guion de la mayoría de los consultados, que reconocieron que la información relativa a la nueva cepa de covid-19, que aumentaría, según los estudios iniciales, su potencialidad de contagio en un 60%, acabó por precipitar la decisión de quedarse.
Es el caso de Almudena Marín, una pontevedresa que encadena más de un año trabajando en el centro de Londres que reconoce que "al final, el miedo a pasar por el aeropuerto y el transporte público y el haber conocido casos de chicas que salieron con PCR negativa y lo cogieron por el camino, me han hecho pensar que lo mejor es quedarme aquí".
Otros, como Sergio Fariña, por su trabajo, ven en la primera línea de la batalla contra el virus los datos y sostienen que en estos momentos, cualquier movilidad que se salga del guion es, además de innecesaria, un riesgo que no merece la pena. La principal preocupación de todos los consultados no era la posibilidad de volver o de estar ya contagiados, sino la de contraer la covid-19 en el transporte público, el aeropuerto "o en un avión con demasiados pasajeros".
Entre los que sí regresaron, la periodista María Sabarís, disfruta en Meis de un descanso con su familia, que logró por volar justo en la fecha en la que reabrieron los vuelos con Santiago, el mismo día en que se anunció el nuevo confinamiento.
Con respecto a cómo se están viviendo estas fechas en la capital inglesa, el nuevo cierre se está cumpliendo estrictamente y la movilidad, reconocen, "es la mínima: para ir al súper o al trabajo", en respuesta al clima de preocupación generalizado por la evolución de la cantidad de contagios, que diluye, incluso, la euforia que se generó por esperanzas puestas en la llegada de las primeras vacunas.
Las restricciones aquí las cumplimos, pero el riesgo en los aeropuertos y traslados es muy alto, y sabiendo que mis padres están bien con mis hermanos, no voy a correr el riesgo de ser yo el que meta eso (en referencia al virus) en su casa".
Apasionado de la hostelería, en la primera etapa de la pandemia, Sergio se quedó en paro y se recicló gracias a su título de auxiliar de clínica para trabajar en la sanidad nacional realizando PCR. "En las últimas fechas vemos como, con la cepa nueva, los contagios van en aumento", explica, "las muertes están hoy en cifras peores que en abril", lamenta.
Sergio cree que, así, "viajar no es una buena idea" y no lo recomienda a quienes están en su situación. Considera que "hacerlo es propiciar el caos" y apela a la responsabilidad colectiva. En su caso, pasó las primeras fechas navideñas solo, pues a su mujer no la dejaban volar desde Turquía, en donde estaba también con la familia.
En el caso de la joven de Meis "tampouco vou ter problema para regresar, pero moitos dos que querían vir desistían precisamente por iso, porque esixen tamén uns días de cuarentena ao volver e en moitos casos non dá tempo". La periodista explica que el principal problema ha sido "atopar un sitio no que fixeran as PCR por un prezo razoable, porque se estaban cobrando ata 400 libras por unha proba e ese era o gran negocio do momento" y añade que desconoce "a data na que voltarei".
La pontevedresa confiesa que le hubiese gustado volver ya "y poder disfrutar de algún rayo de sol, porque además del confinamiento, el invierno está siendo muy duro", pero resta dramatismo al hecho de quedarse. "Me parece más seguro, primero porque aún tengo mi contrato, y porque también tengo conocidos y amigos aquí, no estoy sola". En segundo lugar, explica, "si es cierto que nos han confinado por la cepa nueva, pero aquí la gente cumple las normas. Voy en transporte público y apenas van dos o tres pasajeros. Todos respetan las normas" y eso aporta una pequeña confianza ante la situación actual.
Con respecto a la expansión de la cepa nueva, confia en que "seguindo como ata agora, saíndo para ir ao súper e pouco máis, consigamos manternos á marxe, e a viaxe xa a deixamos para cando sexa realmente seguro voltar", aunque la situación "é tan complicada que ata crearon un nivel de alerta, o catro, para elevar as restriccións, o cal xa indica como está poñendose todo".
Civantos señala que no faltan ni faltarán las videollamadas a casa para hablar con la familia, "nin a Estrella Galicia, que, por sorte a venden nunha tenda que está preto e axudaranos a ter un Nadal galego".