"Para mí ha sido una satisfacción ser el jefe de seguridad en el estadio de Pasarón"

"Portabales me llamó y me lo contó todo. No le creí"

Evaristo Pérez, el policía que detuvo a Ricardo Portabales y fue, sin quererlo, germen de la operación Nécora, recuerda los más de 32 años de servicio como jefe de la Brigada Provincial de Seguridad Ciudadana ►Sonia Iglesias, Jasmina Soto, el arraigo del tráfico de drogas en la provincia y la agresión a Mariano Rajoy en A Peregrina marcaron su trayectoria, tras la que mantiene que Pontevedra "es muy segura"
Evaristo Pérez, durante la entrevista
photo_camera Evaristo Pérez, durante la entrevista

Tras más de 40 años de servicio en el Cuerpo Nacional de Policía (desde enero de 1985 en la Comisaría de Pontevedra, tras pasar por otros destinos), Evaristo Pérez conoció muy de cerca los principales hitos de la lucha contra la delincuencia en la ciudad del Lérez, con participación activa en asuntos tan dispares como la detención que daría lugar a la operación Nécora, la búsqueda de Sonia Iglesias o la seguridad del estadio municipal de Pasarón.

Describa su percepción sobre la ciudad de Pontevedra en términos policiales.

Pontevedra tiene un índice delincuencial muy bajo. Es una ciudad tranquila y se mantiene en esa línea. No hay grandes delitos. Lo más habitual son los hurtos. Sí existe el problema de la droga, muy importante, no solamente en la ciudad sino también en la provincia.

Sin embargo, en todos estos años en la Comisaría ha trabajado en varios asuntos delicados...

El caso de Sonia Iglesias es una espina clavada que tenemos todos en la Comisaría, es el caso más clamoroso, por así decirlo, en mis 32 años de servicio. Pero también recuerdo, en la década de los 80, el caso de Jasmina (Soto), que apareció muerta con signos de violencia en el Lago de Castiñeiras. Lo investigamos en profundidad, como en el caso de Sonia, pero tampoco pudimos aclararlo, a pesar de que en los dos asuntos había sospechosos muy cualificados.

El peor recuerdo "El momento más desagradable de mi carrera en la Policía fue la agresión a Mariano Rajoy. Yo estaba a dos metros"

¿Cuál ha sido su momento más desagradable?

Me pilló de lleno la agresión al presidente del Gobierno en A Peregrina. Fue un hecho muy desagradable. Quizás fue el momento más desagradable para mí en todos los años en los que estuve en la Policía. La seguridad no falló. Yo estaba a dos metros. Pero si alguien quiere pegar a un político que se mete entre la gente, eso es inevitable. ¿Quién se va a imaginar que un chaval de 17 años le va a ‘largar una leche’ al presidente?

Volviendo a Pontevedra, hubo tiempos peores en cuanto a delincuencia...

En general, el índice de delincuencia nunca fue muy elevado. Sí es cierto que hubo una época, cuando aún existían las cajas de ahorros, en la que había muchos atracos, sobre todo en Vigo, pero desde que dejaron de tener el dinero en las sucursales se terminaron los atracos.

¿Cómo ha evolucionado la movida nocturna en la Boa Vila?

La movida nocturna me toca de lleno porque depende de Seguridad Ciudadana, y ha evolucionado para bien. En los tiempos del Campillo los vecinos vivían amargados. El Concello tuvo una gran idea con el traslado del botellón al recinto ferial.

También ha bajado la violencia.

Las costumbres de los jóvenes en esto de la movida parece que han cambiado. Ahora apenas hay peleas. Es un tema que está bien y el Concello tiene parte de mérito en ello.

Narcotráfico "En esa materia creo que no se ha mejorado nada. Es un negocio hereditario que da mucho dinero"

Fue jefe de Estupefacientes entre los años 89 y 92, cuando estalló la operación Nécora.

A Ricardo Portabales le detuve yo. Fue un martes de Carnaval, delante de la Peugeot, que estaba en Lérez. Estábamos investigando a una persona que traficaba y supimos que se iba a producir un pase. Allí estaba él. Yo nunca le había visto antes. Después se convertiría en un tipo famoso. Ingresó en prisión, y un día me llamó diciendo que quería hacer una denuncia. Acudí a la cárcel y me contó que se dirigía a media humanidad, a Carlos Goyanes, a Eduardo Barreiro, a algún compañero mío... Cuando vi esto le dije que escribiese una carta al Juzgado de Guardia. Eso fue lo que hizo, y la misiva llegó a manos de Luciano Varela, que estaba en el Juzgado de Instrucción 3. Don Luciano me llamó y me pidió mi opinión, y yo le dije que pensaba que el 90 por ciento de aquello era una invención. Él me dijo que lo iba a enviar a la Audiencia Nacional porque implicaba a gente de toda España. Al cabo de un mes me citó el juez Garzón a Madrid. Yo le di mi opinión. Él me dice que la Fiscalía se va a querellar y que los van a detener a todos. Así se inició la operación Nécora. Para mí fue mucho trabajo para tan poco resultado. Tuvo un efecto impactante, eso sí. Pero en cuanto a las condenas fue un fracaso, bajo mi punto de vista.

¿Qué sabe de Portabales a día de hoy?

Estuvo muchos años cobrando un sueldo del estado, a mi juicio, indebidamente. Ahora creo que está en Sudamérica.

El narcotráfico sigue muy presente en Pontevedra.

Eso creo que no ha mejorado nada. No sé si habrá empeorado. Eso pasa de padres a hijos, de hijos a nietos, parece hereditario. Y se mueve mucho dinero, tiene una difícil solución.

Sí se ha conseguido erradicar del centro de la ciudad...

Eso sí que ha mejorado mucho. Con la aparición del Sida la gente dejó de pincharse y la zona vieja se liberó de este problema. Si dejamos a un lado O Vao, donde hay mucho tráfico de drogas, no existe un punto en el que se reúnan los toxicómanos. Hace muchos años, en la década de los 90, las escaleras que están detrás del Museo era un nido de trapicheo. Tuvimos que estar encima de ellos durante mucho tiempo hasta que se fueron de allí.

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