El PP quiere que el Concello prohíba el botellón en la zona vieja durante las celebración de Peñas. Así lo manifestó ayer el concejal popular César Abal, que acusó al Gobierno local de promover esta práctica entre menores de edad al levantar el veto de beber alcohol en espacios públicos de la ciudad durante estas fiestas. "Hay casos graves de intoxicación etílica. Un año va a acabar en desgracia", añadió.
El edil del principal partido de la oposición sostiene que esta forma de ocio daña la imagen de Pontevedra y perjudica a los hosteleros. Abal considera que el botellón en el casco histórico impide que los aficionados a los toros vayan al centro a tomar algo o a cenar. "Toda la gente que va a la Plaza de Toros, que es el turista por el que toda ciudad se pelea dado su alto nivel adquisitivo, no es un turista de bocata. Toda esa gente, que de media son unas 5.000 personas, se ven obligados a cenar y a pernoctar en otros municipios. No pueden hacerlo aquí porque hay una barrera: un botellódromo descontrolado", declaró.
Los populares hicieron suya la denuncia de la Asociación Galega de Técnicos en Emerxencias Sanitarias (Asgate), con cuyos miembros comparecieron este jueves en rueda de prensa. El colectivo asegura que en un solo día de Peñas pueden atenderse hasta 40 personas, aunque no todas ellas por exceso de ingesta de alcohol.
El presidente de Asgate, José Iglesias, reclama al Gobierno local la contratación de más medios para hacer frente a los próximos dos fines de semana. Propone que se amplíe el horario y el número de ambulancias que atenderán las incidencias de las Peñas.
Pontevedra ubicará una unidad en la Praza de España para dar asistencia a esta celebración, si bien contará también con otros transportes en la Plaza de Toros y en el Recinto Feiral.
Asgate también solicita el traslado del botellón al Pazo da Cultura y que no se permita esta práctica delante del sanatorio de Santa María "porque os internos desta residencia tamén teñen dereito a descansar". Iglesias pide además un hospital de campaña en el entorno del Campillo para atender emergencias menores, como cortes, y evitar traslados al Hospital.
