El PP ganó en 41 concellos de la provincia y el PSOE, con 14.616 votos más, sólo en 20

El BNG fue tercera fuerza en 10 localidades, Vox quedó tercero en 5 municipios y Unidas Podemos, en un total de 46 ayuntamientos
Un niño deposita el voto de un familiar, este domingo. JAVIER CERVERA-MERCADILLO
photo_camera Un niño deposita el voto de un familiar, este domingo. JAVIER CERVERA-MERCADILLO

Hubo un tiempo en que el mapa de la provincia de Pontevedra era completamente azul. Era cuando al último presidente provincial de los populares, Rafael Louzán, le gustaba recibir a su presidente, Manuel Fraga, con una lustrosa cartografía en la que brillaban de ese color las alcaldías del PP, fuesen estas fruto de mayorías absolutas en las urnas, pactos postelectorales o mociones de censura.

Una madre, votando el domingo con su hijo. JAVIER CERVERA-MERCADILLOEl multipartidismo dejó aquel mapa para la historia. Hoy a los populares le salen competidores por la derecha y por el centro y la izquierda vive más fraccionada que nunca. Pero la realidad indica que, en el fondo, Galicia sigue siendo un clásico bipartidista. La foto del 10-N en la provincia es buena prueba de ello.

De los 61 municipios de Pontevedra, el Partido Popular acabó como primera fuerza en la noche del pasado domingo en un total de 41. Y el PSOE, en los 20 restantes. Donde ganaron los populares, los socialistas ocuparon siempre el segundo puesto. Y de la veintena de localidades que podrían pintarse de rojo en el mapa, el PP fue segunda fuerza en 19, con la única excepción de Cangas. Aquí, Unidas Podemos le ganó al PP y quedó segundo.

Dónde gana el PP y dónde el PSOE

Salvado el liderazgo y la medalla de plata, el verdadero meollo está en la tercera posición. De los 61 concellos de la provincia, 46 terceras posiciones las ocupó Unidas Podemos, y es este auge, único en las elecciones generales, porque no se repite ni en autonómicas ni en generales, el que propició que el séptimo diputado pontevedrés lo alcanzase la cabeza de lista de UP, Yolanda Díaz.

El Bloque Nacionalista Galego fue tercera fuerza en 10 concellos (Barro, Catoira, Dozón, Forcarei, Lalín, Mondariz Balneario, Moraña, Silleda, Soutomaior y Vila de Cruces). Curiosamente, fue cuarta fuerza en algunos de los municipios donde ostenta alcaldías más significadas, caso de Pontevedra, Bueu o Tomiño. Y en municipios como Poio, también con regidor nacionalista, el Bloque fue quinta fuerza tras verse superado en votos por Vox.

La irrupción de la ultraderecha es, sin duda, el otro gran fenómeno de estas elecciones en la provincia. Es cierto que Galicia, junto con Euskadi, Navarra y La Rioja, fueron las únicas comunidades del Estado en las que Vox no logró hacerse con ningún escaño. Pero en Pontevedra la fuerza más a la derecha del espectro político nacional fue la tercera opción más votada en cinco concellos, por detrás de PP y del PSOE y por delante del Bloque o de Unidas Podemos. Ocurrió así en los municipios de A Lama, Agolada, Campo Lameiro, Meaño y Rodeiro.

Además, Vox acabó la noche electoral cosechando 37.610 sufragios, a sólo 1.226 votos del Bloque Nacionalista Galego, que cerró las urnas del 10-N con 38.836 apoyos en la provincia pontevedresa. El PSOE lideró Pontevedra en número de votos, con 164.910 contabilizados, superando en 14.616 al Partido Popular. Y el BNG se quedó en estas urnas a 41.506 votos de Unidas Podemos.

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