El pasado domingo, el Partido Popular se quedó a 103 votos de lograr el duodécimo concejal en Pontevedra. La regla matemática por la que se calculan los concejales en cada ayuntamiento otorgó el último de los futuros ediles de la corporación pontevedresa al Bloque Nacionalista Galego. Ese concejal costó un total de 1.444 votos según la Ley D’Hondt. Y el último resto del Partido Popular se quedó en 1.341.
La franja en la que los distintos partidos con representación en el Concello se disputaron sus últimos concejales no superó los 24 votos.
De este modo, el quinto y último concejal de los socialistas, se consiguió con 1.468 votos, mientras que para el noveno del BNG los nacionalistas necesitaron 1.444 sufragios y, en el caso del Partido Popular, su undécimo concejal costó un total de 1.463 papeletas.
La Ley Electoral española impide obtener representación a ninguna formación política que no alcance el 5% de los votos emitidos. El 28-M, a Vox le faltaron 644 votos para sentar a su cabeza de cartel, Manuel Torres, en el pleno del ayuntamiento.
En el caso de Pontevedra Alternativa, el número de votos que le habrían hecho falta, además de los 952 que obtuvo en las urnas, asciende a 1.147. Espazo Común se quedó a 1.507 votos de obtener representación, Podemos a 1.519, Pacma a 1.619 y, en el caso de Ciudadanos, a 1.703.
Al final, la suma de los votos obtenidos por estos seis partidos que no llegaron al umbral necesario para obtener representación en el Ayuntamiento fue de 4.455 votos.
Si todo ese caudal electoral hubiera caído en las arcas del Partido Popular, la candidatura de Rafa Domínguez habría alcanzado el objetivo de concejal número 13 –una mayoría absoluta–, por 8 del BNG y 4 del PSOE.
En cambio, si los 4.455 votos perdidos los hubiera recogido el Bloque de Miguel Anxo Fernández Lores, el resultado final habría sido un empate a 10 entre BNG y PP, con 5 concejales para el PSOE de Ivan Puentes.
Y si fuesen los socialistas quienes hubiesen recogido todos los votos de las seis formaciones sin representación, las elecciones del domingo las hubiera ganado el PP con 10 concejales, por 9 del BNG y 6 del PSOE.
Por último, si una sola fuerza ajena a los tres grandes partidos hubiera sido capaz de acaparar los 4.455 votos que el domingo lograron las seis candidaturas sin representación, el resultado final le habría arrojado un total de 10 concejales al PP, por 8 del BNG, 5 de PSOE y 2 de ese partido imaginario. Esa composición también le hubiera bastado al Bloque Nacionalista Galego para pactar con el Partido Socialista y conformar un gobierno de izquierdas entre ambas fuerzas.