El diputado del PPdeG Jacobo Moreira visitó el pasado lunes el CEIP A Carballeira de Lourizán, acompañado de la edil del PP de Pontevedra Silvia Junco, para "coñecer de primeira man" la situación en la que se encuentran las nuevas instalaciones del comedor escolar, según informó este martes el grupo parlamentario popular, y manifestó su "confianza" en que puedan estrenarse "o antes posible", ya que "conta con todos os permisos autonómicos e só está pendente de tramitar e obter a licencia municipal", una gestión que la propia Consellería de Educación está dilatando.
Se trata del módulo prefabricado colocado por la Xefatura Territorial de Educación, que costó 72.000 euros (a su precio de 45.000 hay que sumar otros 27.000 para conectarlo a las redes de abastecimiento de agua y saneamiento y al suministro eléctrico del colegio) y que sigue cerrado pese a que los trabajos de acondicionamiento terminaron en octubre.
El motivo, que la Federación Provincial de ANPA (Fanpa), responsable de la gestión del comedor, no autoriza el traslado desde su actual emplazamiento -un aula del centro que urge destinar a su finalidad original debido al aumento de matrícula- hasta que la Xunta presente la certificación de fin de obra que garantiza que el módulo es seguro para el alumnado y apto para prestar el servicio para el que fue concebido.
"A previsión inicial era que se puidera poñer en servizo despois das vacacións de Nadal. Pero aínda que a instalación conta coa autorización da Consellería de Educación, de Sanidade, e incluso de Patrimonio Cultural (dado que nas inmediacións se atopa un petróglifo), deberá agardar a contar coa licencia municipal", explica el PP, tal como fue publicado hace un par de semanas.
El Ayuntamiento, sin embargo, poco puede hacer frente a la actitud del departamento autonómico. Según informaron fuentes del Servizo de Urbanismo, Medio Ambiente e Patrimonio Histórico, el Concello solicitó el pasado 17 de enero a la Xunta un proyecto técnico, "xa que sen el non se pode tramitar a correspondente licenza municipal", un permiso que, en principio, la Delegación Territorial no consideraba necesario, como sí se desprende del artículo 147 de la Lei do Solo. La Xunta presentó el 23 de enero una autorización de la Consellería de Cultura relativa al mencionado petroglifo, pero "o Concello non pediu iso, senón un proxecto técnico, que a Xunta parece estar renqueando en facer".
UN SEGURO DEL CENTRO. Es decir, que la Xunta "non está escoitando o que lle solicitan os técnicos, e polo tanto, está retardando o outorgamento da licenza", sostiene el Concello.
La visita de Moreira y Junco causó estupefacción en el seno de la Fanpa, que todavía sigue esperando la documentación solicitada para autorizar el traslado, esto es, la licencia, el proyecto técnico y, sobre todo, la certificación de fin de obra que descargue a la entidad de cualquier responsabilidad derivada de la instalación. "Polo que se ve, todos teñen opinión sobre como poñer en marcha o comedor da Carballeira, menos a solución evidente e lóxica: cumprir a lei e non facer edificacións ilegais dende a Administración. Podedes chamarnos", tuiteó este martes la Fanpa invocando a Moreira y al PP, que nunca contactaron con esta entidad por este asunto.
Es más, según acaba de trascender, la semana pasada se celebró una reunión entre responsables de la Fanpa, los ediles de Educación (Tino Fernández) y Urbanismo (Xaquín Moreda) y la directora del colegio, María Gómez, en la que esta propuso suscribir un seguro para cubrir el riesgo derivado de usar el módulo, una opción que la Fanpa vería con buenos ojos para permitir el traslado, pero ni la Delegación ni Inspección educativa permitieron esta posibilidad, pese a que la instalación de esta infraestructura fue iniciativa suya.
