Preocupación en los montes de la comarca por los ataques de lobos

Los vecinos del Monte Castrove aseguran que en seis meses han matado cuarenta caballos
Caballo presa de los lobos en Monte Castrove. CEDIDA
photo_camera Caballo presa de los lobos en Monte Castrove. CEDIDA

Los vecinos de Castrove encontraron este miércoles un caballo salvaje adulto muerto y todo apunta a que fue presa de una manada de lobos que lleva rondando la zona durante meses. "Desde hace medio año han matado a unos 40", calcula Francisco Vilariño, vecino de la zona. Además, se estima que ya han acabado con todos los potros de esta manada de caballos del Monte Castrove.

Afectados directos de esta situación son los organizadores de la Rapa das Bestas de San Ramón, en A Escusa, que este año no pudieron vender ningún potro, asegura Esteban Outeda. "Este ano non tivemos ningunha cría para vender. Todos os días encontramos cadáveres e sempre se deron ataques", destaca. Por si fuera poco, como los potros ya han sido todos cazados por la manada, ahora los lobos están yendo a por los caballos y yeguas adultos, lo que puede desembocar en que haya que comprar caballos para la propia celebración.

Estas circunstancias son desmotivadoras para los organizadores: "A situación desmoralízate de todo, quítache as ganas de facer nada", dice Outeda. Aunque no hay nadie que viva de esta celebración, "sí que hay gente que gana algo de dinero y que ahora se queda sin nada", apunta Vilariño.

Por supuesto, los daños van más allá de la Rapa das Bestas. Así, como la manada de lobos está tan activa, los caballos bajan del monte a las fincas de los vecinos, estropeándolas y, lo que es peor, atrayendo a los lobos, cuyo número exacto se desconoce, aunque al ser capaces de tumbar y matar a un caballo se estima que son varios ejemplares.

"Se os lobos teñen animais no alto do monte mátanos, pero cando xa non lles quede comida arriba van baixar. Cando iso pase, tamén comerán o gando", teme Esteban Outeda. De esta manera, los caballos bajan asustados y el problema no se limita a que entren en las fincas de los vecinos, sino que llevan a los lobos hasta el ganado de Meis o Armenteira, que les servirá de alimento. Como es normal, la situación preocupa a los vecinos y ganaderos de toda la comarca y provincia, porque también se han registrado ataques en otros puntos de Pontevedra como, por ejemplo, en A Estrada.

Hay personas que viven de la propia ganadería o compraventa de animales, como es el caso del propio Esteban Outeda. La Xunta puede llegar a proporcionar una serie de compensaciones por animales que han sido matados por lobos, pero Outeda asegura que "non é tanto polo diñeiro, porque ti tamén queres ao animal para criar ou xerar máis cartos". De hecho, a él mismo le ocurrieron sucesos de este tipo, cuando hace un año, en una finca privada y cerrada, murieron tres ponis y desaparecieron otros dos, probablemente por escapar asustados. Además, también hace hincapié en que el cariño o valor que se le puede tener a un animal puede ir más allá del dinero.

Por eso, todos estos afectados lo que quieren son soluciones y posibles medidas para que los caballos puedan quedarse en la cima del monte y se mantengan alejados de las casas y fincas y, por supuesto, no atraigan a los lobos.

Otros ataques. Los lobos van a por el ganado
Este ataque no es un caso aislado, sino que este año ya se produjeron sucesos similares en diferentes puntos de la provincia.

A Lama
En abril de 2019, en A Lama, nueve reses de ganaderos locales fueron atacadas por lobos en una misma semana. Dos de ellas habían sido matadas y también desaparecieron dos terneros y dos novillas en la misma época.

Cerdedo-Cotobade
En marzo, un ganadero de Viascón sufrió la desaparición de cinco cabritillos de unos cinco o seis meses edad, por lo que los cánidos se habrían llevado a los animales a otro sitio para devorarlos. La pista que llevó al propietario a adivinar que fueron lobos fue que encontró a una de sus perras, encargada de cuidar al rebaño, tendida en el centro de la finca con heridas en la zona de la cabeza y en las patas traseras.

Además, en este caso, los agentes de Medio Ambiente habían encontrado huellas en las zonas próximas a la explotación ganadera.