1.200 efectivos, 100 vehículos y más de 1.000 puntos de carga. Este es parte del operativo contra incendios de la provincia que, desde este viernes, con motivo de la llegada de la temporada de alto riesgo, trabaja a pleno rendimiento.
35 de estos más de mil operarios trabajan diariamente en la base de brigadas helitransportadas de O Campiño, lugar que visitó este viernes el delegado territorial de la Xunta en Pontevedra, Luis López, acompañado por el jefe territorial del Medio Rural, Antonio Crespo, y por el responsable provincial de la lucha contra el fuego, Manuel Francisco, con el objetivo de informar sobre la puesta en marcha de estas medidas en la provincia.
"Esta tempada de alto risco de lumes vaise alongar, en principio, tres meses e, en total, no que é a prevención, realizáronse investimentos por máis de 5 millóns de euros", explicó el popular.
La de O Campiño es una de las tres unidades helitransportadas que hay en la provincia. A ella hay que sumar la de Mondariz y la de Silleda. Justamente por esto, López recalcó que "no que se refire a tráfico aereo, cando hai un lume, hai unha concentración de medios aereos máis grande que nos tres aeroportos de Galicia xuntos".
¿Cuáles son las perspectivas para este año?
Mientras el delegado territorial de la Xunta aseguró que la provincia está más que preparada para los posibles incidentes que se produzcan este verano, el técnico José Ángel García no quiso pasar por alto un factor de vital importancia.
"La previsión ahora mismo no es muy halagüeña, y es que llevamos con prealerta de sequía varios meses". Eso sí, siendo positivos, García quiso recordar que "el año pasado parecía que se iba a complicar y al final el factor meteorológico nos ayudó porque llovió bastante y no hubo temperaturas muy altas". Esperemos que este verano ocurra lo mismo.
¿Cuál es el procedimiento?
Desde que el 085 recibe el aviso de un incendio, este pasa al director de extinción, que es quien solicita la intervención de estas brigadas. Una vez suena la alarma en la base, la tripulación se prepara, sube al helicóptero y vuela hacia donde se encuentran las llamas. Una vez allí, tal y como apuntó el técnico José Ángel García, "damos un par de vueltas de reconocimiento, informamos al centro de coordinación provincial y al director de extinción de cuál es la situación abajo, peligros potenciales, posible evolución del fuego, velocidad de propagación... y después confirmamos la zona de trabajo. El piloto nos deja en la zona más próxima que podamos, nosotros vamos con nuestras herramientas manuales hacia el incendio y el helicóptero va a llenar el bambi de agua".
Justamente uno de los encargados de elegir la ubicación para este desembarque es Nicolás Tamame, piloto de la aeronave. "Seleccionamos un punto de agua correcto y adecuado, que tenga la suficiente profundidad y que sea seguro. Después, empezamos a bombardear la zona del incendio ocon agua hasta que lleguemos a la extinción ", señaló. Cabe señalar que el helicóptero puede llegar a arrojar hasta 1.300 litros de agua en un solo viaje.
¿Cuántas personas cubren el operativo?
A cada brigadista se le asigna diariamente una posición en el interior del helicóptero. De este modo, todos los trabajadores saben cuál es su función antes de iniciar el operativo. Normalmente, en la aeronave van doce personas: "el piloto, el copiloto, un técnico, un jefe de brigada y, el resto, son bomberos forestales", afirmó García.
Y, ¿cuál es el tiempo de trabajo? "Para trabajar en un incendio tenemos hasta un máximo de 12 horas, después de ese tiempo tenemos que irnos porque aumenta el riesgo de accidentes y la ley así lo indica". En lo que respecta al helicóptero, este vuela "un máximo de dos horas, y después tiene que ir a repostar y los operarios tienen que descansar un mínimo de 40 minutos por normativa".
Por ello, "es vital que el helicóptero de coordinación nos informe si hay algún cambio en el comportamiento del fuego o de algún foco secundario, y hay que estar pendiente de las emisoras para saber qué están haciendo otros medios