"La toxina tenía que venir sí o sí y mejor ahora que en pleno verano". La patrona mayor de la Cofradía de Lourizán, Carmen Nores, valoró este miércoles el que es el primer cierre del año por toxina para el marisqueo en el fondo de la ría. Tanto las embarcaciones como las mariscadoras de a pie se ven afectadas por este cierre que empezó siendo cautelar y que, tras los análisis efectuados, el Intecmar calificó de definitivo en la tarde de este miércoles. El cierre se produce por toxina paralizante y se da la circunstancia de que es la primera vez que se decreta desde que la Xunta subdividiera las zonas de la ría precisamente para intentar sortear los cierres.
Las cofradías del fondo de la ría venían además de una época especialmente buena, registrando cifras récord en el precio del bivalvo ante el cierre de las playas de la ría de Noia al marisqueo. Así, el berberecho registró en febrero la mayor cotización de su historia en la ría de Pontevedra y el kilo de almeja fina llegó en marzo a los 78 euros en lonja, un valor solo superado en dos ocasiones y en Navidad.
"Que se produzca ahora en mayo no nos hace tanto daño como en verano, que es lo que ocurrió el año pasado", añadió Nores. La patrona de la Cofradía de Lourizán recordó que en 2022 se quedaron sin pisar la playa a causa de la toxina casi cuatro meses. "Y encima en una época en la que había mucha demanda, mucho turismo, así que esperamos que este año no se repita", manifestó la mariscadora.
Carmen Nores recordó que hasta hace algunos años la toxina aparecía siempre en el mes de abril, que era cuando el sector tenía un paro obligatorio. "Parábamos en abril a mediados y regresábamos a mediados de junio y no sabíamos lo que era una toxina porque era el mes de desove, de los cambios de la floración en el mar cuando aparecen más algas". Sin embargo, apostilló, esto ya no ocurre así.
El aumento de la temperatura del agua y la contaminación son factores que podrían explicar este cambio. "Ya notábamos estos días que el agua tiene la temperatura alta. Hasta que venga el Norte y la eche fuera tendremos que esperar", subrayó la mariscadora.
Hasta el próximo 2 de mayo no estaba previsto que las cofradías del fondo de la ría saliesen a mariscar. "Que dure lo que tenga que durar este ciclo, si es en mayo es un mal menor", concluyó Carmen Nores.
"Antes nadie quería ser mariscadora"
Si hasta hace unos años el colectivo de mariscadoras de a pie era exclusivamente femenino, cada año aumenta el número de varones que se adentra en el sector. "En algunas cofradías se van acercando al 50%, en la nuestra cofradía estamos en una proporción aproximada de 60% mujeres y 40% hombres", explicó la patrona de Lourizán. Así, de los 23 varones que había en 2010 se pasó a 131 una década más tarde, en 2020. La cifra se sitúa ahora en 144. En 2022 en las playas de la ría pontevedresa trabajan 322 mariscadoras.
Además las directivas de las cofradías de mariscadoras también cuentan cada vez con más representación masculina. "Antes nadie quería ser mariscadora", señaló la patrona de Lourizán, "ahora ofrecen 7 plazas y se presentan 200 personas", añadió Nores, que considera que las mejoras en las condiciones laborales del sector "han hecho más atractiva la actividad".
El marisqueo a pie en las playas del fondo de la ría de Pontevedra generan 466 empleos. El sector se divide en tres cofradías. La de San Telmo de Pontevedra es la más numerosa, seguida de San Andrés de Lourizán y San Gregorio de Raxó.