La provincia de Pontevedra perdió 855 habitantes en un año. Así lo refleja los últimos datos de población publicados el pasado jueves por el Instituto Nacional de Estadística (Ine), según la cual, a 1 de julio había 941.995 residentes y un año antes la cifra ascendía a 942.850.
Una vez más, los datos revelan el progresivo envejecimiento del censo provincial, pues mientras la franja de niños hasta cuatro años bajó un 4,7% y en la de pequeños de cinco a nueve años el descenso fue del 2,9%, en la parte más alta de la pirámide poblacional la situación fue la contraria: el número de mayores de 90 años se incrementó un 6% y la población de 85 a 89 años creció un 2,4%, y esto a pesar de que la pandemia se ha venido cebando sobre todo con el colectivo de personas de edad más avanzada.
Llama también la atención el descenso en la franja poblacional de 35 a 39 años, que en un solo año bajó un 5,6%; es decir, 3.544 residentes menos en la provincia, un hecho que hay que atribuir principalmente a la emigración tanto a otros puntos del Estado como al extranjero.
Los concellos pontevedreses perdieron 855 habitantes en un año, aunque la caída de población fue mayor en A Coruña, Ourense y Lugo
Con respecto a la distribución por sexos, las mujeres siguen siendo mayoría en la provincia de Pontevedra, pues a 1 de julio sumaban 485.448 (el 51,5% de la población total) frente a 456.546 hombres, en un reparto muy similar al de un año antes.
LA MEJOR DE GALICIA. Aunque el conjunto de los concellos pontevedreses perdió población (una realidad que afectó más acusadamente a los municipios del interior), esta es la provincia que mejor viene resistiendo el descenso demográfico.
De hecho, mientras aquí la bajada en el número de residentes fue del 0,1% en un año, en el caso de A Coruña el descenso fue del 0,3% (perdió 2.927 habitantes), en Ourense la caída alcanzó el 0,5% (con 1.588 vecinos menos) y Lugo fue la que registró peores cifras, con un decremento del 0,6% (bajando su censo en 1.951 vecinos). Los datos también vuelven a mostrar que la lucense y la ourensana son las provincias más avejentadas de Galicia.
