La propuesta presentada por Paula Rey junto con el resto del equipo docente del CEIP Valle-Inclán de Vigo ha logrado el segundo puesto en el certamen "Repensando la participación en los espacios educativos" de Educación Conectada. Este concurso de ideas es una iniciativa de BBVA y Fad que comprende un conjunto de acciones dirigidas al ámbito educativo tras la crisis causada por la pandemia.
El objetivo del certamen "Repensando la participación en los espacios educativos" es ofrecer a docentes y estudiantes universitarios –grado y posgrado– la oportunidad de presentar soluciones a centros escolares sobre cómo establecer medidad que potencien las habilidades relacionales del alumnado manteniendo la distancia de seguridad requerida para la contención del virus. El reto de Educación Conectada ha contado con dos modalidades: para docentes y, por otra parte, para estudiantes universitarios. El periodo de presentación de candidaturas ha permanecido abierto desde el 15 de abril hasta el 30 de junio de 2021.
Las candidaturas han sido valoradas por un jurado compuesto por la directora de programas de inversión en la comunidad de BBVA, Lidia Del Pozo; la directora general de Fad, Beatriz Martín Padura; la directora de 20 Minutos, Encarna Samitier; el profesor de la Universidad de Granada, Fernando Trujillo; el vocal asesor del Secretario de Estado de Educación, Juan López Martínez; la directora de Marinva, Esther Hierro; el artista y formador especializado en creatividad y espacios, Siro López y la filósofa de tecnología y co-directora en ARSGAMES, Eurídice Cabañes.
El concurso escolar 2020/21 comenzaba marcado por las medidas de prevención y protección frente a la pandemia. Una situación anómala y nueva, condicionada por medidas de distanciamiento social para evitar los contagios. Esta prevención dificultaba en cierta medida las relaciones interpersonales entre el alumnado en el ámbito escolar. En este contexto, desde Educación Conectada, un protyecto educativo de BBVA y Fad, se invitó a los docentes y universitarios de España a participar en este concurso de ideas con el fin de inspirar a centros escolares en la búsqueda de soluciones ante las nuevas realidades de esta realidad que ha dejado la pandemia.
"El mundo que queremos: reto cinturón verde", la iniciativa del colegio vigués, ha sido galardonado, en la categoría de docentes, con una recompensa económica de 1000 euros por crear un vivero con un millar de árboles. Este espacio era cuidado por los diferentes grupos burbuja para reforestar los montes del entorno de Vigo y mostrar así su respeto hacia el medioambiente.
Este proyecto no ha sido el único gallego en ser galardonado. En la categoría dirigida a estudiantes universitarios, la idea ganadora a nivel nacional ha sido la de Amelia Guede Rodríguez, residente en Ourense y estudiante del Grado de Filosofía y Antropología Social y Cultural en la UNED.
Paula Rey Silva docente en el CEIP Valle-Inclán
"Los seres vivos y el medio ambiente necesitan un cuidado muy especial"
La encargada de presentar el proyecto, Paula Rey Silva, del colegio vigués CEIP Valle-Inclán ha logrado en la categoría de docentes el segundo puesto. Con este premio por la iniciativa El mundo que queremos: reto cinturón verde se han visto recompensadas las horas de trabajo que han invertido en plantar un millar de árboles para reforestar Vigo.
¿Cómo surgió la idea de realizar El mundo que queremos: reto cinturón verde? ¿De qué forma se desarrolló esta iniciativa?
La idea ya viene del curso pasado, cuando pusimos en marcha nuestro primer club de convivencia formado por un niño y una niña de cada clase que cumplen el papel de representantes. Nos reunimos una vez a la semana y a partir de ahí decidimos que íbamos a trabajar por el mundo que queremos.
Este año, nuestra idea era continuar con otro reto. Este curso deseaban trabajar para eliminar el coronavirus y cuidar el medio ambiente. Esto fue lo que necese habló en la primera reunión, entonces planteamos una idea para cuidar la Tierra y evitar que enferme. Buscamos un personaje que fuera un referente a nivel mundial y que luchase para cuidar el medio ambiente. Elegimos a Wangari Maathai, que obtuvo el Premio Nobel de la Paz en 2004 por crear el movimiento Cinturón Verde en Kenia y se extendió por más partes de África. A partir de ahí trabajamos con unos cuentos sobre la vida de Wangari y decidieron que querían seguir sus pasos. Ella comenzó creando ese vivero en su casa y acabó con un proyecto. Entonces nosotros empezamos creando un pequeño vivero en nuestro colegio y luego con los árboles ayudar a reforestar los montes en este caso de Vigo y donarlos a particulares que también los quisieran cuidar.
"El alumnado vigilaba las necesidades de los árboles y pasamos a tener un vivero, una enfermería e incluso una UCI"
¿Los resultados obtenidos han sido satisfactorios?
La verdad es que sí, este año decidimos soñar con mil árboles, pero en el momento de empezar a trabajar con el vivero te das cuenta que es difícil trabajar con seres vivos. Implica mucho esfuerzo, cuidado y mimo, que era lo que necesitaban esos árboles. Pasamos a tener un vivero, una enfermería e incluso una UCI, entonces ellos vigilaban las necesidades de los árboles y este fue uno de los aprendizajes, para mí, más importantes, que el medio ambiente y los seres vivos necesitan un cuidado muy especial. Este fue uno de los puntos más importantes para todo el equipo docente del proyectos, verlos regar, abonar, quitar las malas hierbas y todo lo que implica su cuidado. Para llegar a esos mil necesitamos igual un 20% o 30% a mayores, no era tan fácil, pero al final conseguimos 1176 el 5 de junio y gracias al esfuerzo de los niños y las niñas al cuidarlos y de todos los colaboradores.
¿Cómo fue la acogida del premio?
Nos llevamos una satisfacción muy grande, te das cuenta que todo este proyecto merece la pena presentarlo y el premio ayudará a seguir mejorando nuestro patio.