Para el PSOE pontevedrés, ningún tiempo pasado fue mejor cuando se habla de elecciones autonómicas. En la retina de sus dirigentes (y de muchos votantes), todavía está fresco el descalabro sufrido en septiembre de 2016 cuando perdieron un escaño en Pontevedra y pasaron a ser la tercera fuerza política en Galicia, por detrás de En Marea.
De ahí que los responsables del partido hayan dado instrucciones de cerrar filas, de mostrar unidad y de enterrar las disputas internas que tanto daño hicieron hace cuatro años, pues no solo pasaron factura en las urnas, sino que reabrió las viejas heridas entre las agrupaciones de Vigo y Pontevedra.
El culmen de esa lucha fratricida y pulso de poder llegó cuando la Ejecutiva provincial –dominada por los representantes olívicos– presentó una candidatura en la que no figuraba Patricia Vilán por expreso deseo de Abel Caballero, lo que crispó al entonces candidato a la Xunta, Xaquín Fernández Leiceaga, quien reajustó los nombres para incluir a la pontevedresa, de su total confianza. Una decisión cargada de polémica que fue avalada por Ferraz, provocando el público enfado de los vigueses, con Carmela Silva a la cabeza, que no dudaron en pedir cuentas nada más consumarse la debacle electoral.
El escenario, ahora, ha cambiado. Con Gonzalo Caballero como obvio cabeza de lista, Patricia Vilán ya se ha postulado para formar parte de una candidatura que experimentará la "notable renovación" anunciada por el líder socialista, según fuentes del partido, "pero aún es muy pronto para hablar de nombres".
Eso sí, se da por hecho de que se mantendrán algunas figuras históricas, como la propia Vilán, que encararía su tercera legislatura. "Lo prioritario en estos momentos es cerrar la logística y las agendas", subrayan las fuentes.
