Los pubs, al límite: "Gasté mucho para volver y ahora nos obligan a cerrar"

El paso atrás en la desescalada provoca el hundimiento de los negocios de la noche, que señalan que pagar alquileres, facturas e impuestos es insostenible si no pueden trabajar
Ambiente en un pub. XESÚS PONTE
photo_camera Ambiente en un pub. XESÚS PONTE

Tocado y hundido. Así describen la situación de las empresas de la noche los propietarios de negocios de este tipo, que desde este lunes no podrán abrir sus puertas debido a las medidas impuestas por el Ministerio de Sanidad. La medida llega después de una desescalada hacia la conocida como nueva normalidad, tras meses de confinamiento. Para adaptarse a la nueva situación, numerosos locales han tenido que implementar reformas y protocolos que han supuesto una inversión en tiempos de dificultad. "Gasté mucho dinero para volver y ahora nos obligan a cerrar", explicaba ayer el propietario de locales como Sala Karma, El Pequeño o Salnés. "Fue una inversión grande y ahora me planteo incluso traspasar mis negocios", señala Marcos Rivas.

La vuelta a la actividad no había sido para tirar cohetes, con menos afluencia de lo habitual y un esfuerzo considerable para poder cumplir con la normativa. "Nos daba para ir cubriendo gastos, yo ya me hago a la idea de que no voy a ganar dinero por una temporada", cuenta Julio Barral, propietario de pubs como el Aranda, el Patrimonio o el Fetiche. En este sentido, el empresario había invertido dinero en la formación de sus trabajadores para cumplir con la normativa y prevenir contagios. "Lo he hecho todo bien y aún así me cierran los locales. Medíamos la temperatura a la entrada, recogíamos todos los datos de los clientes y un número de teléfono para contactar con ellos en caso de darse un contagio, vigilábamos que se pusiesen la mascarilla.. todo ese esfuerzo no ha servido de nada. Estamos pagando justos por pecadores", señala. En este sentido, reconoce que el factor del alcohol complica que los clientes cumplan de forma estricta con las medidas, "pero para eso estábamos controlando que las respetasen y cada vez la gente estaba más concienciada", explica Barral.

QUEJAS. Los locales de ocio nocturno de la ciudad explican así que se sienten señalados y discriminados. Por una parte, indican que sería necesario diferenciar grandes discotecas en las que se concentra más gente de pubs de pequeña dimensión como los de Pontevedra. Por otra parte, se sienten discriminados ya que ni siquiera pueden abrir sus puertas y funcionar como bares, con mesas y terraza, adaptándose a los nuevos horarios impuestos por el Gobierno. "Solo por el hecho de que mi local tenga licencia de pub o discoteca no puedo abrir, da igual que haya colocado mesas, que estén separadas o que sirva en la terraza", explican los empresarios.

Además, lamentan que se les culpe de los brotes de covid que se puedan estar produciendo cuando "la mayoría son en eventos privados que se van a seguir produciendo", cuenta Barral.

Por su parte, César Sánchez, propietario del pub Cielo, ni siquiera llegó a abrir por miedo a que ocurriera precisamente lo que está pasando. "Sabía que esto podía pasar, pero echo de menos que, además del ministro de Sanidad anunciando el cierre del ocio nocturno, no haya salido otro ministro hablando de las ayudas que van a dar para el sector", explica.

Otro factor que hace más difícil afrontar el cierre es la incertidumbre acerca de cuando se podrá volver a abrir. "Si ahora cerramos un mes o dos para evitar luego un cierre de seis meses, pues mejor así, eso es cierto", indica el propietario de la Sala Jackson, Daniel Iglesias. Aún así, muchos no son optimistas y lamentan que la pandemia esté causando demasiados daños que son ya irreparables. En este sentido, el ocio nocturno se reivindica como generador de empleos y dinamizador de la economía. En este sentido, a través de un colectivo de empresarios a nivel gallego, los negocios de la noche anuncian que ya estudian medidas legales.

De momento, el del pasado fin de semana fue el último sábado noche hasta nuevo aviso, y se celebró con bastante afluencia en las calles y la Policía vigilando el cumplimiento de las normas de seguridad. Dos personas fueron multadas por ir sin mascarilla, según fuentes de la Policía Local, que señaló además que el comportamiento de la población en general fue ejemplar.

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