De Haro: "Uno puede decir que tiene un cáncer, pero no que tiene una depresión o un trastorno bipolar"

La Tarde, el programa de Cope dirigido por Pilar Cisneros y Fernando de Haro, se traslada mañana a Pontevedra para hablar sobre salud mental. Actualmente, Galicia es una de las comunidades que peores datos registra en este aspecto, y, con la ayuda de expertos, se tratará de explicar el por qué.
Fernando de Haro. DP
photo_camera Fernando de Haro. DP

El 32% de la población reconoce que su salud mental ha empeorado tras la pandemia, viviendo, habitualmente, episodios de ansiedad o estrés. Además, en todo el país hay actualmente cuatro millones de personas que sufren depresión, y lamentablemente Galicia es una de las comunidades con un mayor porcentaje en este aspecto (5,54%, según una Encuesta Europea de Salud de 2022). Por ello, el programa de La Tarde de Cope, ha decidido trasladarse mañana a Pontevedra. Su codirector, Fernando de Haro, hablará con expertos sobre este asunto, tratando de mostrar también testimonios de los trastornos más frecuentes.

¿Cuál es el objetivo de transmitir el programa desde la Boa Vila?
Nosotros de vez en cuando hacemos una acción especial, que consiste en salir a la calle y hacer el programa desde allí atendiendo a las preocupaciones que tenemos todos: la vivienda, los precios de los supermercados... Una de las más crecientes es el problema de la salud mental. Yo iré a Pontevedra por dos razones: porque Galicia es una de las comunidades autónomas donde más suicidios se producen y también porque es una de las comunidades donde más ansiolíticos se consumen. Entonces, se trata de averiguar las razones, si es que hay algún motivo especial, para que esto sea así. Queremos ver a ver qué nos cuenta la gente que trabaja en psiquiatría o la que trabaja en un centro de salud. Pontevedra será la localización para explicar el fenómeno en toda España. Queremos pulsar la calle, averiguar qué hay detrás de todos estos datos, porque después de la pandemia han estallado los problemas que ya existían, o se han visibilizado.

A pesar de que tras la covid, todos estos problemas se pusieron más en la palestra, ¿sigue existiendo una estigmatización social?
Sí, seguimos todavía con viejos tabúes sobre esta cuestión. Parece que el que está sufriendo un problema de salud mental es culpable. Hay una doble victimización, porque está sufriendo una enfermedad y aún encima, en el fondo, en el subconsciente social, convertimos a la víctima en culpable. Pensamos que si alguien tiene una depresión es porque es más débil o más vulnerable. El estigma sobre la salud mental sigue existiendo. Uno puede decir que tiene un cáncer o que está constipado pero no puede decir que tiene una depresión profunda o un trastorno bipolar.

Uno de los asuntos que también se debatirán mañana tiene que ver con los recursos que se dedican a todos estos trastornos. En España hay 11 psiquiatras por cada 100.000 habitantes, la mitad que en Francia o Alemania, y, además, apenas se dedica un 4% de la inversión en Sanidad a la salud mental.
Así es, actualmente estamos viendo un problema en los sistemas sanitarios. La inversión es importante pero lo que falta es una buena gestión de los recursos que hay. Ahí hay un debate sobre la conveniencia de utilizar más o menos fármacos, y la conveniencia de la terapia. Algunos problemas quizá se podrían solucionar con menos fármacos y más terapia, pero eso hay que saber valorarlo. En el programa vamos a intentar hablar sobre la prontitud con la que se recetan los ansiolíticos sin barajar otras posibilidades, porque la química es necesaria pero a veces puede haber otras soluciones.

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