El puente de O Burgo permanecerá cerrado al tráfico peatonal hasta mediados del mes de octubre. Así lo confirmó este martes el concejal de Obras, Demetrio Gómez Junquera, que explicó que la medida tiene como objetivo agilizar las obras en la parte central del tablero.
La decisión de prohibir el paso por el viaducto medieval no ha sentado nada bien al sector comercial. De hecho, el Centro Comercial Urbano Zona Monumental ha iniciado una recogida de firmas para exigir al Gobierno local la reapertura de la infraestructura. Su presidente, Miguel Lago, asegura que ya se han recogido 500.
Los propietarios de algunos negocios del casco histórico aseguran que el corte provisional, en vigor desde principios del pasado mes de julio, les está generando "pérdidas". "Entendemos as queixas. O malestar dos comerciantes é comprensible. Tamén o dos veciños da zona, porque hai persoas maiores que teñen que dar a volta para cruzar o río", explica Gómez Junquera, que sostiene que la prohibición del paso atiende a criterios técnicos.
Los servicios municipales acordaron cerrar el tablero central de esta infraestructura al tráfico peatonal por dos motivos: por seguridad, ya que aún no se dispone de las barandillas que hubo que retirar para colocar las losetas de piedra del puente, y para imprimir «ritmo» a la obra, que debe cumplir con unos plazos más estrictos.
Al ser un proyecto cofinanciado por fondos europeos Feder, Bruselas exige que el calendario de los trabajos cumplan con los plazos de ejecución. En principio, la reforma del viaducto de O Burgo tendría que estar lista a lo largo del próximo mes de febrero.
El edil nacionalista aseguró que la actuación "vai a bo ritmo". "Estanse a cumprir os prazos", señaló. "Aínda que agora se vexan poucos obreiros na ponte, o certo é que son os necesarios para facer o traballo de colocar a pedra no taboleiro central da ponte", explicó Gómez Junquera.
La peatonalización del puente de O Burgo es uno de los proyectos estrella del anterior mandato. La obra civil cuenta con un presupuesto de 1.326.977 euros y de ella se encargan las empresas Impesapi y EC Casas.
La intervención se divide en tres fases. La primera se centrará en igualar la calzada y las aceras y convertirlas en una plataforma única. El suelo tendrá un ancho de once metros y será de losetas de piedra.
La segunda zona de trabajo afectará al entronque con la Praza de Valentín García Escudero. Allí se cambiará el actual paso de peatones para dar continuidad al paseo que viene del puente.
El tercer ámbito se ubicará en la cabecera Norte, donde está la gasolinera y donde esta construcción se une con el paseo de Domingo Fontán y la calle Xoán Manuel Pintos. Este espacio, al lado de la gasolinera de Repsol, se convertirá en una plaza de 4.141metros cuadrados con más de 40 árboles, bancos, papeleras y otro mobiliario.
