Punto y seguido para el futuro de Confitería Landín

La actual gerencia echó el cierre definitivo tras 20 años de actividad pero un empresario del sector está dispuesto a reabrirla el 1 de junio
Trabajadoras de Confitería Landín bajando la verja por última vez. JAVIER CERVERA-MERCADILLO
photo_camera Trabajadoras de Confitería Landín bajando la verja por última vez. JAVIER CERVERA-MERCADILLO

Confitería Landín ya es historia. Al menos, bajo la gerencia que la puso en marcha hace 20 años, la de Fernando Dios, quien aprovechó sus tres décadas de experiencia en Los Castellanos para convertirse en su propio jefe. Para ello, abrió un pequeño despacho en Frei Juan de Navarrete, a donde, cada día y en varias entregas, llegaban los dulces que preparaba en su obrador de Xeve.

De todas las tentaciones que llegaban en las bandejas, los cruasanes y, sobre todo, las trenzas comenzaron a ser los más demandados por los clientes, tanto por su textura y como por su sabor.

Pero esta rutina llegó este domingo a su fin, con la jubilación del propietario. Después de unas semanas de frenética actividad –justo desde que este periódico adelantó la noticia del cierre–, en las que las cuatro trabajadoras del despacho tuvieron que redoblar esfuerzos para hacer frente a la ingente demanda, el negocio bajó la verja metálica de forma definitiva.

En este último día se multiplicaron las despedidas, las lágrimas, los recuerdos y la tristeza de ver unas bandejas vacías que ya no se volverán a llenar. Las trenzas fueron lo primero en agotarse. "Y eso que se repusieron varias veces", matizan las empleadas. Después lo hicieron las palmas de chocolate, los pasteles de manzana, los buñuelos, las trufas...

Con el apagón de las luces, tan solo sobrevivían unas pocas pastas y cinco tartas de Santiago. "Esto fue un no parar, algo desesperante", aclara una de las trabajadoras, que abrió el despacho junto a Fernando Dios.

El empresario también hizo acto de presencia en esta jornada. Tras recoger totalmente el taller de Xeve, llevó el último refuerzo de dulces embargado por un sentimiento contradictorio: "Por unha parte, contento, porque así poderei descansar e gozar da xubilación; pero por outra, moi fastidiado por deixar atrás 20 anos de negocio e por todos os clientes, que tantas mostras de cariño nos amosaron nestes días".

FUTURO. El pastelero admite contactos con un empresario del sector que está interesado en reabrir el negocio, "co mesmo nome e contratando a unha das traballadoras, pero polo momento non hai nada firmado".

Apunta que "aínda estamos negociando e parece que a cousa vai en firme". De cristalizar el acuerdo, el punto y seguido de Landín sería el 1 de junio, con los mismos productos y recetas que hicieron famoso a su predecesor. "Non teño ningún problema en cedelas", sostiene Fernando Dios.

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