"Lo que más me motiva es el sentimiento y la inspiración, y que esta llegue de forma distinta"

Morante De La Puebla recibió el pasado año el Premio Nacional de Tauromaquia que concede el Ministerio de Cultura y Deporte por ser "un artista que recrea y renueva el toreo clásico para el público actual"
Morante De La Puebla tras una faena en Estepona. ÁLVARO CABREARA (EFE)
photo_camera Morante De La Puebla tras una faena en Estepona. ÁLVARO CABREARA (EFE)

Horas antes de su participación en una cita especial del verano taurino como El Puerto de Santa María, Morante De La Puebla atiende a Diario de Pontevedra mientras se lame su hombro maltrecho, el que le impidió participar en el regreso de los toros a Palma de Mallorca, y merodea en la búsqueda de las mejores condiciones para afrontar lo que queda de una temporada en la que lidera el escalafón de matadores a la espera de superar las cien corridas. Morante De La Puebla habla como torea, despacio, dejando correr el tiempo, como si en él estuviera el verdadero sentido de todo. Ese tiempo que él detiene ante el toro como pocos han logrado a lo largo de la historia, esa historia de la que se nutre su composición taurina, su manera de entender el toreo y todo lo que sucede a su alrededor. El próximo domingo lidera el cartel del día grande de La Peregrina en Pontevedra, flanqueado por El Fandi y Roca Rey. Una terna, tan variada como inspiradora, para capturar ese instante supremo que justifica toda una vida dedicada al toro, con momentos felices, como los que brotaron en una charla entre risas. La risa de Morante. 

Otra temporada en la que estamos viendo a un gran Morante De La Puebla. Se ha comenzado bien y las últimas actuaciones siempre muy firmes y rotundas. ¿Me imagino que contento por el momento actual? 

Sí, estoy contento. La verdad es que me estoy sintiendo bastante bien físicamente. La temporada se está desarrollando de una manera triunfal, sobre todo en plazas como Madrid o Sevilla, y ahora esperando la otra mitad de la temporada. Llevo ahora mismo 51 corridas de toros y ahora hay que empezar a contar hacia atrás, ya que quiero alcanzar las cien. 

Pero hasta este momento se han vivido tiempos complicados, ¿cómo han sido estos años de la pandemia sin poder vestirse de luces para quien vive esto con gran intensidad? ¿Cómo se gestiona eso mentalmente?

No es fácil, porque cada uno intenta buscarle una solución paliativa a esa situación. Yo siempre he sido de la opinión de cuando no se puede, no se puede, y hay que parar. Se ha vivido con mucha actividad en ideas, ante lo que dice uno y otro, y yo lo he asumido con esa intranquilidad de saber cuando se superaría todo esto y alcanzaríamos una normalidad adecuada. Una ola tras ola, ha sido angustiante, el barco se movía sin saber si se iba a hundir o no. En los toros hay mucho de fiesta, de reunión, de juntarse el público, y sabía que iba a ser lo último en que se iba a abrir la mano. Pero ahora mismo estamos contentos, todo queda como una pesadilla que se ha llevado muchas vidas por delante pero que parece que no tiene la gravedad anterior. 

El sufrimiento te da una madurez mayor que el éxito. Al sufrir en silencio se intenta buscar soluciones a problemas

Ya que hablamos de la mente, ahora son momentos muy buenos, de inspiración y éxito, pero también los ha habido malos. ¿Cómo se afrontan esos instantes y qué enseñanzas se pueden sacar? 

El sufrimiento te da una madurez mayor que el éxito. Al sufrir en silencio se intenta buscar soluciones a problemas que a veces los cura el tiempo, pero cuando las cosas no han salido, sobre todo cuando tienen un mayor relieve en la carrera de uno en las plazas importantes, y sabes que no han salido bien las cosas, pues es complicado. Pero también estamos a expensas del toro y hay veces que no te lo pone fácil, cuando no hay posibilidad de éxito en alguna racha de estas es cuando se pasa mal. 

Los que conocemos su toreo, lo entendemos como algo especial, diferente al de otros espadas. ¿Qué es lo que le motiva a Morante De La Puebla para articular su arte? ¿Qué define su idea del toreo? 

A mí lo que más me motiva es el sentimiento y la inspiración y que esta llegue de forma distinta cada tarde. Me gusta hacer cosas diferentes y a veces cuando uno triunfa, pero ha sido una faena normal, pues siempre me queda la espinita de decir, no he puesto un sello de distinción esta tarde. Lo que más me motiva es lo que más me preocupa. Uno piensa que torear pues sabe, pero cuando tienes tantos años de profesión lo que más valoro es que haya una variedad en la que el público sea capaz de ilusionarse. Eso a veces llega, otras no. He tenido triunfos con faenas normales dentro del buen torear, pero me gusta que pase algo distinto y eso quizás sea mi mayor motivación. Aunque a veces es difícil que salga algo nuevo, yo lucho por encontrar el sentimiento, la inspiración y la variedad. 

El tipo de responsabilidad, de plaza, la ganadería... todo influye en ese miedo barbudo de Belmonte

En ese algo especial hay también mucho de riesgo, de exposición ante el toro. En el libro de Chaves Nogales sobre Juan Belmonte, en el comienzo de un capítulo sobre el miedo del torero escribe: "El día que se torea crece más la barba. Es el miedo, sencillamente el miedo", y lo decía porque el organismo activa más sus funciones. ¿Usted cómo gestiona ese miedo? 

El miedo del que habla Belmonte es un miedo anterior a la exposición ante el peligro. Es un miedo imaginado. Hay algunos días en que esa imaginación está más presente y otros en que crece menos la barba (risas). Pero también el tipo de responsabilidad, de plaza, la ganadería, todo influye en ese miedo barbudo del que hablaba Belmonte. Cuando sale el toro ya la maquinaria comienza a funcionar, pero claro, sucede lo que le decía Belmonte a Valle-Inclán, sobre que los toreros tenían un trauma todas las tarde a las cinco. Y es verdad, porque es una especie de trauma, cuando salga el toro será lo que tenga que ser, pero existe un recuerdo psíquico de los momentos peligrosos. Todo eso se queda dentro del subconsciente, eso es lo más difícil de administrar, porque después te da la cara, y te da la barba, sabes. (risas) 

Son también famosos sus habanos minutos antes de la lidia en el callejón, ¿también responden quizás a ese aplacar los nervios? 

A mí me gusta porque, como bien dices, aplaca, más que los nervios, digamos que se entra en una especie de espiritualidad dentro de lo que es la pelea, o el enfrentarse al animal. Después no me siento del todo bien cuando eso se relaciona, y no me enfado ni nada, con esa caricatura del torero con el puro en la boca, pero para mí es una necesidad de sentir, de tocar con la mano para centrarme en lo que va a llegar. 

Me gusta fumar antes de la lidia por entrar en una espiritualidad previa a la pelea

Usted siempre mantiene ese halo de autenticidad del toreo, que puede salir bien o mal, y que lo vincula con la parte más clásica de la historia. ¿Qué toreros son sus referentes? 

Hombre eso es muy difícil, porque son muchos estilos. Pero me gusta empezar siempre por Joselito El Gallo, aunque hay otros muchos anteriores que no hemos tenido la suerte de verlos, como Guerrita o Lagartijo. Pero de verlos en vídeo o fotografías soy admirador de Joselito, Belmonte, Manolete, Ordóñez, Rafael de Paula... serían muchos, y siempre se quedan algunos fuera, pero por ahí irían las cosas.

"Siento compromiso y ganas de torear en Pontevedra"

Pontevedra siempre le espera con la agitación de lo imprevisible, de aquello que puede alterar la normalidad. ¿Cómo ha vivido en los últimos años su presencia en esta plaza donde la fiesta se respira con mucha alegría pero también con mucho respeto? 

Siempre he sentido mucha simpatía, compromiso y ganas de torear en Pontevedra, la verdad. Su clima es muy apetecible para los que vivimos en el sur, siempre es una alegría ese fresquito. Y luego es una plaza en la que la familia Lozano mantiene esa afición que le dota de un cierto romanticismo, a lo que supone su familia en el mundo de los toros. Creo que son de vital importancia en Pontevedra y como única feria de importancia en Galicia pues es de resaltar. 

A eso iba yo ahora, al ser una plaza de resistencia, al quedar en Galicia como el único reducto taurino, me imagino que a un torero como usted, muy reivindicativo con la Fiesta, pues será algo especial. 

Pues sí, le ponemos mucho más énfasis. En mi caso intento predisponerme con más alegría, con más ganas para mantener la ilusión de los aficionados, que se alcancen momentos que toquen la sensibilidad y salgan faenas que resistan a otras mareas. 

Los toreros a una Feria única en Galicia le ponemos más énfasis, vamos con más alegría para ilusionar al aficionado

Y lo hará en un cartel muy variado con El Fandi y Roca Rey en un momento también extraordinario. ¿Qué le diría al aficionado que se va a encontrar si retira una localidad para asistir a la plaza? 

Bueno, no sabría que decirle, venderme nunca ha sido parte de mí, pero sí que es verdad que es una plaza con una parte muy festiva y alegre, en la que toreros como Fandi están a la altura de las expectativas, y además es un cartel variado, creo que muy acertado para la afición. Después el toro siempre manda, pero a priori los toreros vamos contentos y ojalá el público se ilusione y vaya a la plaza. Seguramente se llevarán un bonito recuerdo de esa tarde, y además invertirán en Cultura. 

Y ya por último, ¿Cuándo Morante De La Puebla se coloca ante un espejo, que es lo que ve? 

Veo que el tiempo pasa, y que no se porta del todo mal conmigo. No es que tenga muchas arrugas, que pierda el pelo, que tenga canas y todas esas cosas... que es lo que hace en uno acelerar la imagen de que se pasa de moda. Así que ante el espejo me siento un afortunado, no es que mi padre me haya dejado una gran herencia, ni mucho menos, pero mira, me ha dejado un pelo bueno, y esas cosas influyen para verse bien (risas).

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