"Queremos contar como parte del sistema de protección de menores"

Apoyar a las familias de acogida y facilitar su encuentro para compartir experiencias son algunos de los cimientos sobre los que treinta familias asientan la nueva asociación Acougo. "Nuestro objetivo es echar una mano e impulsar las acogidas", dice su presidenta

CARMEN DOURA do es trabajadora social, madre de familia numerosa y desde 2012 madre de acogida. "Por mi trabajo conocí a una chica que iba a dar en adopción a su bebé cuando este naciese, pasé todo el proceso a su lado, pensar que nadie iba a recibir a ese bebé hasta que fuese dado en adopción me empujó a convertirme en madre acogedora", relata. Ahora, junto a otras treinta familias de las cuatro provincias, ha constituido la Asociación Galega de Familias de Acollida ‘Acougo’ para dar respuesta y apoyo a personas que participan en estos programas e impulsar los acogimientos en Galicia. Los interesados pueden contactar con la asociación a través del [email protected].

¿Cómo nace Acougo?

Acougo se constituyó a principios de este año porque necesitamos que el acogimiento funcione bien. Es la medida de protección de menores más aconsejada a nivel mundial y también en los países que nos llevan la delantera, en muchos casos funciona mejor que la propia adopción. Y queremos darnos a conocer para que más familias se unan a nosotros. La Administración autonómica, que gestiona los programas de acogida en Galicia a través de Cruz Roja, no facilita información de las familias, primero, por protección de datos, y porque tampoco se fomenta mucho la participación entre las familias acogedoras. Vas coincidiendo con ellas a lo largo de los años, en algún encuentro. Cruz Roja, como entidad gestora, hace un encuentro anual. Se preparan algunas charlas, una comida, juegos para los niños... Ahí contactas con alguna familia, pero tampoco se fomenta un trabajo en grupo. Puedes estar con tu familia todo el día y no interaccionar.

Y consideran positivo facilitar esos contactos entre familias.

Es una de las cosas que nosotros queremos promocionar y proporcionar a las personas que se dedican al acogimiento, que puedan tener contacto unas con otras para compartir experiencias. Eso es lo que enriquece y lo que te ayuda, el no verte solo. Te ves muy solo y a veces también te ves como un bicho muy raro porque no siempre encuentras el apoyo que necesitas. Esa es la verdad. Es cierto que hay una saturación en el sistema muy grande, una vez conoces el tema ves que hay muchísimos niños en protección de menores en Galicia, mucha necesidad de familias de acogida.

¿Qué objetivos persiguen?

Nos parecía que si nos unimos como familias acogedoras y nos profesionalizamos, lo primero que se va a notar es un impulso muy grande a la protección de menores, una ayuda a la Xunta y a la entidad gestora. El primer motivo es echar una mano para que esto funciona mejor, sobre todo por el bien de los niños y sus familias biológicas, porque hay muchísimo por hacer pensando en ellas, y luego, si eso va mejor, al final el trato a las familias de acogida también será mejor y creo que habría más familias que se animarían a ser acogedoras.

"Compartir experiencias con otras familias es lo que te enriquece y te ayuda, el no verte solo"

¿Cuáles diría que son las debilidades del sistema en Galicia?

Aquí cada provincia funciona de una forma totalmente distinta. Vamos a colocarnos en la situación de un menor de una familia que tiene una problemática ‘x’ y que tiene que ser retirado de su familia. Bueno, pues no se le va a dar el mismo trato a los niños que nacen Lugo, Ourense o Pontevedra, por ejemplo. Y además con muchísimas diferencias.

"Los técnicos de esos programas tienen que estar mejor pagados y necesitan ampliar los equipos porque no dan abasto"

¿Por ejemplo?

La propia decisión que se toma en la Administración, la valoración técnica previa a la retirada... ya hay diferencias, porque hay equipos que delegan más en servicios sociales comunitarios, otros que intervienen con más rapidez y a la hora de tomar decisiones administrativamente hablando, hay provincias que se preocupan más de que estos menores vayan prioritariamente a familias de acogida y otras que deciden sistemáticamente el ingreso en un centro de menores, con la repercusión que eso tiene. Creemos que hay que unificar criterios. Es uno de los temas que nos preocupa. Luego, a la hora de trabajar con familias tanto en la captación y formación como en la adjudicación de los menores ahí sí hay una coordinación autonómica. De todas formas, no se promociona igual el acogimiento en todas las provincias. En este momento en Galicia hay más de 1.200 niños en centros de protección de menores, que son un montón institucionalizados. Muchas veces mezclan menores en conflicto con menores de protección. Creemos que es necesario visibilizar todo esto. Y luego pensamos que los profesionales tienen que estar mejor pagados, más comprometidos y más formados y necesitan ampliar los equipos porque no dan abasto. La ratio son mil niños por cada equipo provincial. Nosotros queremos que tanto Cruz Roja como la Xunta nos tengan en cuenta como parte del sistema de protección de menores.

¿Cuáles son las principales dificultades a las que hace frente una familia acogedora?

Desde el minuto cero del acogimiento tienes claro que va a haber dificultades aunque hayas tenido la mejor formación. A veces solo burocráticas, como la matrícula del cole, la tramitación de la tarjeta sanitaria, el permiso de maternidad... Pero, además, hablamos de que cada niño viene con su mochila. Un acogimiento ya es de por sí una situación especial. El menor que llega, por norma, debería ser protocolado, tener un seguimiento y una atención psicológica. Está recogido en algún papel, pero no lo hay, la realidad es que si tú como familia acogedora valoras que tiene problemas no quieres dar la voz de alarma porque igual cogen al niño y se lo llevan. Por otra parte, a las familias no se nos tiene en cuenta en el proceso y en la toma de decisiones alrededor de esos menores. Todas las decisiones vienen impuestas, en ningún momento se nos escucha a las familias acogedoras que son las que conviven con ellos y los conocen. Queremos aportar para mejorar el sistema de acogimiento y mejorarlo.

¿Cómo se han visto afectadas las familias de acogida por la crisis del coronavirus?

Principalmente, se suspendieron las visitas de las familias biológicas durante el confinamiento, ahora se han vuelto a retomar.

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