Manuel Varela: "Quien practica el sexo con regularidad vive más tiempo y con mejor calidad de vida"

El expresidente de la Sociedad Gallega de Sexología informa este miércoles en Montecelo sobre los beneficios del sexo, prestando especial atención a los pacientes cardíacos, entre los que abunda el miedo a acelerar el pulso. Según avanza, los beneficios son infinitos y "un sexo convencional supone un esfuerzo como subir caminando dos pisos, muy bajo".
Manuel Varela, uroandrólogo. GONZALO GARCÍA
photo_camera Manuel Varela, uroandrólogo. GONZALO GARCÍA

Aunque hace dos años que se jubiló como uroandrólogo en el Centro de Especialidades de Mollabao, Manuel Varela sigue promulgando los beneficios que implica tener una vida sexualmente activa, tenga o no pareja y sean cuales sean los años que uno lleve a sus espaldas. Este miércoles habla sobre "sexo y corazón" en una charla organizada por la unidad de Rehabilitación Cardíaca del CHUP, dirigida principalmente a pacientes cardiológicos, pero "abierta a la participación de todo el mundo".

¿De qué habla en su ponencia?
Fundamentalmente vamos a hablar de que practicar sexo con cierta asiduidad durante toda la vida nos llevará a tener mejor calidad de vida y una mejor salud sexual, que es una parte imprescindible de la salud global del individuo.

¿Qué se debería entender como un ritmo sexual saludable?
Una persona saludablemente sexual es la que practica sexo con cierta frecuencia. No tiene que ser un sexo completo, sino adaptado a la edad de la persona. La sexualidad a los 20 años es distinta a la de los 40 o 60 años, pero una persona no debe renunciar al sexo por el simple hecho de tener 70 o más años.

En la charla habla de sexo y corazón. ¿Qué recomendaciones trasladará a los pacientes cardíacos?
En los pacientes que han tenido un infarto de miocardio, está indicado que en los tres meses posteriores tiene que renunciar a todo tipo de esfuerzos, incluso el sexo. Sin embargo, en la consulta solía ver casos que venían a los seis meses diciendo que se habían olvidado de practicarlo, que les daba miedo o que lo habían intentado y no iba bien. A todos les digo siempre lo mismo: que si se encuentran más o menos estables, pueden mantener relaciones. En algunos casos es cierto que pueden influir los efectos secundarios de algunas medicaciones, que afectan a la esfera sexual, pero se puede estudiar con el especialista si esos fármacos se pueden reducir o cambiar. En todo caso, practicar un sexo convencional, sin florituras, supone un esfuerzo como subir caminando dos pisos, muy bajo.

Es firme defensor de que la actividad sexual implica múltiples beneficios. ¿Nos da algunos ejemplos?
El sexo es saludable porque tiene muchas funciones positivas. Es cardioprotector, aumenta la inmunidad, evita la depresión, mejora la circulación sanguínea, incrementa la positividad y facilita el relacionarnos mejor con la pareja. Son muchas las cosas que el sexo nos proporciona y eso nos conduce a mejorar nuestra salud en general, a estar bien con nosotros mismos, a ser más felices y en definitiva a estar más sanos.

Uno puede sentirse bien consigo mismo, tanto si lo practica a diario como una vez cada ocho o diez días

A veces en las parejas hay discrepancia sobre la frecuencia ideal en la que se deberían mantener relaciones. ¿Qué dice en estos casos?
En la consulta tenía algún paciente que necesitaba tener sexo diariamente, si no, no se sentía tranquilo. En cambio, otros decían que con una vez a la semana se sentían bien. Ambos casos son válidos, porque cada persona tiene unas necesidades. Uno puede sentirse bien consigo mismo, tanto si lo practica a diario como una vez cada ocho o diez días.

Pero si las dos partes de la pareja valoran la sexualidad de forma distinta...
Lo ideal es que busquen la forma de tener un encuentro sexual cuando lo prefieran o lo convengan. Si es una vez a la semana, bienvenido sea. Lo que está visto y demostrado es que quien practica el sexo con regularidad vive más tiempo y con mejor calidad de vida.

En el sexo masculino está extendido el uso de la viagra para combatir las disfunciones eréctiles, pero ¿qué ocurre en el ámbito femenino? ¿También se están suministrando tratamientos para subir la líbido?
El deseo sexual femenino está un poco arrinconado y en general es más frágil que el masculino porque se altera mucho más que en el hombre y por múltiples causas. Por ejemplo, razones psicológicas, problemas de pareja, tratamientos, intervenciones quirúrgicas... Además, influyen los cambios hormonales. En el hombre el nivel de hormonas va decreciendo lentamente, pero la mujer al llegar a la menopausia sufre un cambio brusco y muchas dicen perder el deseo. Efectivamente, en muchos casos esto es así (...), por eso es importante que acudan a los especialistas y lo consulten. Hay formas de solucionarlo.

"Sigue habiendo tabú, sobre todo en gente mayor de 50 años que tiene otra educación"

Manuel Varela fue presidente de la Sociedad Gallega de Sexología durante casi 20 años y su especialidad es la uroandrología, una rama de la medicina que combina la urología (problemas en el sistema urinario) y la andrología (centrada en las disfunciones sexuales y los problemas reproductivos del hombre). Actualmente, tiene una consulta en un centro médico privado de Pontevedra.

Uno puede sentirse bien consigo mismo, tanto si lo practica a diario como una vez cada ocho o diez días

¿El sexo sigue siendo un tabú?
Sí, sobre todo en gente mayor de 50 años que tiene otra educación, pero siempre les traslado que hay profesionales que pueden ayudarles más o menos cerca de cada ciudad. Es cierto que hay compañeros sanitarios a los que también les da vergüenza este tipo de temas, pero muchos lo llevamos como algo natural y hablamos de este tema como si lo hiciéramos de la tensión arterial.

¿Y el sistema sanitario? ¿Le presta la atención necesaria a la salud sexual?
No, yo mismo tuve muchos problemas con la consulta de andrología. Me la cerraron, me desplacé al Hospital do Salnés durante año y medio y finalmente acabé en la Casa del Mar, donde también me cambiaron de ubicación. Todo fueron zancadillas, pero lo que me salvó es que tenía mucha perseverancia y al final, aunque fuera un cuchitril, conseguí tener abierta la consulta (ahora cerrada).

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