Rachas de viento que rozaron los 100 km/h desprenden trozos de varias fachadas

El riesgo para los ciudadanos se prolongó durante una hora, entre las 17 y las 18 horas. Una de ellas cayó sobre un garaje en la Rúa Alta

Estado de la autovía de Marín, con un carril inundado. DAVID FREIRE
photo_camera Estado de la autovía de Marín, con un carril inundado. DAVID FREIRE

La cola de una borrasca que afectó este martes a la ciudad de Pontevedra y a sus alrededores se dejó notar con toda su intensidad entre las 17 y las 18 horas. Vientos de hasta 96 kilómetros por hora (en la estación meteorológica de Cabo Udra) se adentraron por la ría y provocaron momentos de cierto riesgo para los ciudadanos en el centro de la Boa Vila. Un dispositivo de la Policía Local en coordinación con los efectivos del Parque Municipal de Bomberos hizo frente a las incidencias más importantes, que tuvieron que ver con desprendimientos en fachadas, muchas de ellas de edificios de reciente construcción, que se registraron en varios puntos de la capital provincial.

Entre los lugares que quedaron acordonados provisionalmente se halla un inmueble en la intersección entre Alcalde Hevia y Fernández Ladreda y otro en Eduardo Pondal, cuyas fachadas no soportaron la fuerza del viento, que, además, vino acompañada de precipitaciones muy fuertes sobre las 17.30 horas.

La coincidencia con la pleamar volvió a obligar a la Guardia Civil de Tráfico a cortar uno de los carriles de la autovía de Marín

El incidente más relevante, sin embargo, se produjo en la zona monumental, donde trozos de otra fachada se soltaron y acabaron cayendo sobre un garaje. Sucedió en la Rúa Alta, a la altura del emblemático establecimiento de hostelería de El Pitillo.

Los Bomberos intentaron poner fin al riesgo empleando su vehículo de altura, pero no fue posible. La fuerza del viento impedía cualquier otra maniobra, por lo que tomaron la decisión de acordonar la zona a la espera de que la situación permitiese su intervención.

Por otra parte, la Guardia Civil de Tráfico tuvo que volver a cortar un carril de la autovía de Marín, inundado por la confluencia del viento y la pleamar.

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