2. ¿Cuáles son las debilidades a nivel turístico de este territorio y qué es lo que más le preocupa a usted sobre la evolución de la actividad del sector?
3. ¿Cuáles son los objetivos de ocupación con los que se sentiría satisfecho este verano, teniendo en cuenta la situación de pandemia en la que nos encontramos?
4. Con el buen sabor de boca que ha dejado el mes de junio en cuanto a balance turístico, ¿cuánto cree que tardará el sector en recuperarse de las malas cifras registradas desde que apareció el problema del covid-19?
5. En su opinión, ¿es posible recuperar cifras previas a la pandemia sin contar con una estrategia global que aúne al sector privado y a las administraciones públicas?
1. La primera fortaleza es que la incidencia del virus en Galicia, incluyendo a la provincia de Pontevedra, tiene uno de los índices de contagio más bajos a nivel nacional y eso es un plus. Pero además, ahora son puntos fuertes algunos que antes definíamos como débiles: teniendo en cuenta que mucha población aún es reticente a viajar en avión o en tren, aquí contamos con el hecho de que la falta de comunicación aeroporturia potente ya implicaba que la mayor parte de nuestros clientes viniesen en vehículo propio antes de la pandemia, por lo que ahora les resulta natural seguir haciéndolo. Otro punto fuerte que tenemos es la falta de masificación y otro, el Camiño de Santiago. Estamos en Año Santo y Pontevedra está siendo protagonista por el incremento de peregrinos en el Camiño Portugués y su variante costera. A mayores, los clientes valoran mucho nuestra gastronomía, naturaleza, cultura y las rías. No somos exclusivamente un destino de sol y playa.
2. Faltan infraestructuras y conexiones que faciliten al turista llegar aquí. Cada vez estamos más lejos, mientras otros destinos van haciéndose más competitivos al mejorar su infraestructura (sobre todo la ferroviaria con Madrid, que con sus cinco millones de habitantes es una fuente importante de generación de turistas). Venir aquí por autopista desde Madrid también sale más caro que a otros destinos, si bien es cierto que luego nosotros lo compensamos con hoteles bastante asequibles en precio y todos los atractivos que tenemos. Otro punto débil es la meteorología: si coinciden varios días seguidos de lluvia, muchos turistas (especialmente parejas con niños) cambian de destino.
3. Para nosotros la ocupación es un dato que no dice mucho si no va acompañado del precio medio. Creo que en agosto si va a haber suficiente presión para jugar con los precios (las tarifas suelen ir subiendo a medida que existen más reservas), pero en julio, al menos en esta primera quincena, son pocos los hoteles que están llenando. Es cierto que julio nunca fue un mes especialmente bueno en la provincia, salvo que haya eventos importantes. En agosto es cuando más nos jugamos.
Nuestra primera fortaleza es que la incidencia del virus en Galicia tiene uno de los índices más bajos a nivel nacional y otra es la falta de masificación
4. No nos atrevemos a hacer un balance a largo plazo porque vemos como en dos días cambia la situación drásticamente dependiendo de la alerta sanitaria. Que se lo digan a la hostelería y, sobre todo, al ocio nocturno de ciertas áreas, que no puede abrir las puertas, lo que genera muchísimo "botellón" incontrolado y fiestas particulares. Nosotros somos partidarios de abrir el ocio nocturno y mantener controles de acceso para saber quién entra en cada local, qué día y a qué hora, que es la manera de hacer seguimiento en caso de positivos.
5. Pongo ejemplos: dentro del ocio nocturno hay una corriente en la que abogamos porque haya establecimientos a los que solo se pueda acceder si se lleva un test serológico o un PCR de 24-48 horas previo o se haya pasado la enfermedad o se esté ya vacunado con el tiempo suficiente para tener inmunidad. Solo así se permitiría el acceso a esos locales en los que, de ese modo, ya no tendría por que haber ningún tipo de restricción en el interior. Eso sería un incentivo para que la población joven se vacunase. Por otra parte, todavía hay muchas empresas con teletrabajo o con reducción de jornada y también grandes firmas, que normalmente generaban mucho "turista" de negocios, pero todavía no admiten visitas. Todo eso resta clientes a hoteles, restaurantes y cafeterías.
1. Primero, somos la provincia gallega que mayor oferta alojativa ofrece en todas las tipologías: hablamos tanto de viviendas turísticas como de otro tipo de alojamientos. Segundo, la provincia tiene una costa espectacular llena de playas y banderas azules. Tercero, tenemos la combinación de lo rural y de lo urbano, contamos con ciudades como Pontevedra y Vigo, que tienen una fortaleza y un potencial para hacer atractiva su visita; y también con zonas rurales e interiores de gran interés. Cuarto, tenemos una gastronomía excelente y una enología muy potente, pero también cultura, patrimonio, nturaleza, etcétera. Además de eso, somos un destino que no está masificado y todo esto hace que Pontevedra sea una provincia muy agradable para pasar las vacaciones.
2. Nuestro problema es que todavía no acabamos de creernos nosotros mismos lo que tenemos. Cuando seamos capaces de trabajar todo el sector unido y de aunar esfuerzos entre lo público y lo privado, entonces seremos imparables; pero aún nos falta eso. Y hay otro dato importante: este sector no funciona como hace 20 años, sino que progresa y lo hace de una forma muy acelerada, así que no podemos quedarnos anclados en maneras de hace 20 años. Hoy en día, lo que no está en el móvil no existe. Somos muy dados a hacer una página web y ya está, pero las webs necesitan contenidos actualizados diarios y que con un solo ‘click’ le podamos decir a nuestros huéspedes, por ejemplo, todo lo que pueden encontrar en Pontevedra hoy y mañana. No hablamos de un gasto, sino de una inversión que genera un impacto socioneconómico en todo el tejido de la provincia. Cuando nos mentalicemos todos de eso, estaremos en el camino correcto.
3. Yo sigo diciendo que la pandemia ha sido una oportunidad para Galicia y para Pontevedra, porque gente que visitaba otros destinos en sus vacaciones, ahora ha optado por nuestro territorio por ser un destino seguro. Todos conocemos las imágenes de las playas de Benidorm y su masificación. Aquí no sucede eso. Dicho esto, tenemos que concienciarnos de que, para cuando pase la pandemia, todos los destinos se están rearmando para ser los captadores de los huéspedes cuando empiecen a viajar de nuevo. Si nosotros también estamos planificados y ordenados para eso, tendremos mucho camino andado.
Cuando todo el sector público y el privado trabajan de la mano, somos imparables y los resultados se ven, pero aún nos falta conseguir eso
4. Lo estamos viendo ya este año. Tenemos pandemia y todavía hay que ser prudentes y cautelosos, pero la situación es mejor que al año pasado, porque a día de hoy en Galicia casi el 40% de la población está vacunada y eso provoca que, ya desde finales de año, la gente quiera viajar. Tiene muchas ganas de hacerlo. Los datos de ocupación de junio lo demuestran: son históricos, ni siquiera los anteriores a la pandemia los igualan. Con lo cual, recuperación en el sector ya existe, pero tenemos que ser capaces de mantenerla e incrementarla. En la provincia de Pontevedra, la ocupación de las VUT para julio supera a día de hoy el 73-74% y ese es un dato muy bueno, y para agosto las reservas superan el 80% y están entrando ya las de septiembre. Hay una desescalada turística y eso es positivo. De momento nos podemos sentir satisfechos, pero hay que cambiar los malos hábitos que traemos de atrás y que comentaba antes.
5. No. Tenemos que ser muy conscientes de que cuando el sector público y el privado trabajan de la mano, somos imparables. Ahora que van a llegar tantos recursos europeos, hay que ver bien a dónde se destinan.
