Los cerca de 400.000 ciudadanos de la veintena de municipios que dependen de la delegación de la Agencia Tributaria en Pontevedra pagaron en 2018 algo más de 750,7 millones de euros, una media de dos millones por cada día del año.
La mayor parte de esta recaudación correspondió al pago por consumo de bienes y servicios a través del Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA), que dejó en las arcas de Hacienda casi 335 millones de euros. Inmediatamente después se encuentra el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) que, en el caso de la agencia pontevedresa, superó los 290 millones de recaudación. Y el tercer gran bocado fiscal llegó de la mano de las empresas, que dejaron el año pasado en la caja tributaria casi 97 millones de euros solamente a través el Impuesto de Sociedades, que grava los beneficios en sus cuentas de resultados.
La delegación pontevedresa marcó la segunda mejor evolución de Galicia en sus ingresos fiscales, sólo por detrás de Vigo
En total, el dinero recogido por Hacienda en su oficina pontevedresa supone una media de dos millones de euros al día, de los cuales algo más de 900.000 corresponden al IVA, cerca de 800.000 al IRPF y 266.000 al tributo que grava a las sociedades.
La cifra creció notablemente respecto al ejercicio anterior y está ya lejos de los años de la crisis, cuando Hacienda recaudaba en Pontevedra por debajo de los 500 millones de euros al año, fundamentalmente por el descenso del consumo y las rentas de las familias, pero también por el brutal recorte de la actividad empresarial y del ahorro.
Esta baja tributación mejoró sustancialmente ya en 2016 y continuó en progresión ascendente durante el ejercicio de 2017, cuando la hucha fiscal se llenó en Pontevedra con 699,6 millones de euros. El año pasado, la recaudación rompió la barrera de los 750 millones, de acuerdo con los últimos datos facilitados por Hacienda, lo que significó un incremento del 7,3% en la delegación local tributaria. El registro fue el segundo mejor de toda Galicia, después del de Vigo, donde el crecimiento experimentado el año pasado rondó el 14%. La delegación de A Coruña crecía sólo un 3% en el mismo período, la de Lugo un 4,8% y la de Ourense un 6,4%.
En toda la comunidad gallega, los ciudadanos aportaron con sus impuestos al Estado (siempre sin computar el pago de los tributos autonómicos ni los que se abonan directamente a los concellos), un total de 7.043,9 millones de euros, un 5,6% más que en el ejercicio de 2017. La mejor estadística es la que tiene que ver con el consumo (IVA), que creció en la autonomía casi un 12%. Los ingresos de las familias gallegas, y por tanto la recaudación del IRPF, crecieron 5,4 puntos. Sin embargo, el Impuesto de Sociedades cayó un 3,3%, en línea con la situación empresarial.
En toda España, con un proyecto de presupuestos generales del Estado que el Gobierno se ha visto obligado a guardar de nuevo en el cajón y que forzó una convocatoria adelantada de elecciones, las previsiones oficiales hablan de crecer hasta 20.000 millones por encima de los 227.000 que Hacienda recogió el año pasado.
Este pronóstico, sin embargo, no es compartido por algunos analistas y tampoco por el colectivo de los técnicos de Hacienda. José María Mollinedo, portavoz de Gestha, declaró hace poco que veían "muy difícil" que se pueda alcanzar la recaudación anunciada en el mencionado proyecto de Presupuestos Generales del Estado (PGE).
Los pronósticos sobre otra posible recesión en Europa para 2020 podrían provocar que la senda de crecimiento tributario iniciada en los últimos años, tras el duro golpe de la crisis desde 2008 hasta 2016, sufra correcciones más o menos severas, pero no para la presente campaña del IRPF, que todavía afecta a los ingresos de 2018.
