El recibo de la luz se come 80 minutos de trabajo diario en los pequeños negocios

Con la subida de la electricidad, la merma en los márgenes de beneficio en los establecimientos que necesitan corriente para funcionar ronda el 10%, un coste "insostenible" para muchos de ellos
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photo_camera Lavandería autoservicio FabyMar, en la avenida Porteliña, Poio. RAFA FARIÑA

El recibo de la luz supone ya, en media, alrededor del 27% del total de los gastos de producción que tienen que afrontar los autónomos con establecimientos que necesitan electricidad para poder desarrollar su actividad. Con este panorama, la merma en sus márgenes de beneficios se estima en casi el 10% sobre el precio final de los productos o servicios que ofrecen al consumidor.

Así lo denunció este viernes la Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos (UPTA), cuyos cálculos indican que, con las facturas eléctricas actuales, los pequeños negocios tienen que dedicar más de 80 minutos de producción cada día solamente para poder hacer frente a los costes energéticos.

"Un pequeño establecimiento que tenga contratados entre 10 y 15 KW/hora, en septiembre de 2020 la factura total que tuvo que asumir fue de aproximadamente 650 euros. Con las subidas de precios actuales, la factura correspondiente a este será de unos 1.300, más del doble que el año anterior", precisó la entidad que preside Eduardo Abad.

Y es que la escalada del precio de la luz en España continúa imparable. Este mismo jueves se pulverizó otro récord por segundo día consecutivo en el mercado mayorista, hasta los 188,18 euros por megavatio hora (Mwh), un 268% más que el mismo día del año pasado. Ni siquiera es necesario irse tan atrás en el tiempo para constatar ese incremento exagerado: en solo una semana el precio subió un 33%.

Además de ocupar titulares de prensa, estas cifras están poniendo a muchos autónomos contra las cuerdas, sobre todo porque en la mayor parte de los casos les resulta imposible sacar partido de la tarificación por franjas horarias.

"Yo ahora estoy pagando por lo menos un 30% más de luz que antes. En eso se me van cada dos meses unos 600 euros, una auténtica barbaridad", explicaba este viernes Macario Fariña, responsable de carnicerías Macario con puesto fijo en la Plaza de Abastos de Pontevedra.

"Para funcionar necesito neveras, congelador, expositores, chimenea para los chorizos... Son aparatos de los que no puedo prescindir y muchos tienen que estar conectados las 24 horas. No me vale eso que dicen de aprovechar las horas nocturnas porque la luz sale más barata. Quienes trabajamos con productos frescos como carne, pescado, fruta o verduras, necesitamos sí o sí neveras y aparatos que consumen mucha electricidad, sobre todo en verano, cuando los consumos se triplican. Para nosotros no tiene ningún sentido eso de aprovechar las franjas horarias más económicas y quien diga lo contrario demuestra un desconocimiento total de cómo funcionan la mayoría de los negocios".

Fariña es hijo y nieto de carniceros y, según relata, "mis padres y abuelos no tuvieron estos problemas con los recibos de la luz. Si tenían que comprar una nevera o un congelador lo hacían. Solo se tenían que preocupar de si podían pagar el electrodoméstico, no de lo que iba a suponerles su consumo eléctrico. Ahora es al revés".

"Pago un 30% más". Al igual que los establecimientos dedicados a la venta de productos frescos, son muchísimos los negocios en los que la energía supone uno de los principales gastos fijos: peluquerías, talleres, cafeterías y restaurantes, tiendas de congelados y un largo etcétera.

Las lavanderías autoservicio son otro ejemplo, tal y como explica Carmela, responsable de la lavandería FabyMar en la avenida Porteliña (Poio). "Yo de electricidad pago entre un 25 y un 30% más que antes. Las lavadoras necesitan corriente para funcionar y lo hacen solo en horario diurno, porque lógicamente los clientes no van a venir a lavar su ropa de madrugada, que es cuando la luz es más barata". Además, recuerda que Poio es uno de los muchos municipios a los que todavía no ha llegado el gas ciudad, así que sus habitantes tienen que depender todavía más de la electricidad.

Según la Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos, son los propietarios de los negocios quienes están sufriendo las consecuencias del aumento de los recibos, porque no pueden permitirse subir los precios de sus productos y servicios para tratar de cubrir ese sobrecoste, "ya que en la actual situación económica, aún están recuperando poco a poco la normalidad y por supuesto la clientela no está en condiciones de asumir una subida de precios", indicó el colectivo.

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