El cauce del río Lérez pero, sobre todo, sus orillas, volvieron a aparecer este domingo pobladas de cientos de peces muertos, desatando un festín para multitud de gaviotas. Un espectáculo tan inusual como llamativo que provocó la curiosidad de los cientos de personas que aprovecharon la flexibilidad del confinamiento por la covid-19 para recorrer el paseo paralelo a las márgenes.
Al medio centenar de ejemplares hallados el sábado se sumaron el domingo muchos más, lo que propició la intervención de la Policía Autonómica. Los agentes retiraron algunos de la orilla, pero constataron que todavía quedaba un número significativo en el centro y el fondo del cauce. De hecho, aparecieron peces muertos desde la Illa das Esculturas hasta cerca de la isla de Tambo.
Nada más tener conocimiento de la mortandad, la APDR divulgó que veía difícil que se pudiera deber a causas naturales y dejó entrever la vinculación con un hipotético problema en el interior de la factoría de Ence
Sin embargo, los expertos en la materia desmontan esta versión al explicar que, teniendo en cuenta que la mortalidad ha ocurrido en dos riadas, pudo deberse a las recientes lluvias por la incidencia que tienen en la desembocadura del río, al modificar la corriente de agua dulce e incidir específicamente en una especie (sarpa salpa; nombre común salpa o salema), que necesita de las condiciones propias de agua salada.
La salpa parece no soportar un nivel tan bajo de salinidad como el que se volvió a producir estos días y a principios de marzo, tras las fuertes lluvias caídas.
