En total, los pontevedreses presentaron 293 quejas por recibir un mal servicio de alguna firma médica o estética y otros muchos no llegaron a tramitar formalmente su denuncia ante el organismo competente, pero sí acudieron a la oficina de Consumo a consultar su caso. En concreto, este centro recibió el año pasado 375 peticiones de información relacionadas con estos sectores.
Y es que el covid-19 apenas disuadió a los pontevedreses de acudir al Instituto Galego do Consumo e da Competencia, pues pese a los meses de confinamiento y a las restricciones, el número total de reclamaciones presentadas ante esta oficina solo bajó un 0,74% respecto al año previo.
De las 2.277 protestas tramitadas, una buena parte (681) fueron a empresas de telecomunicaciones. No obstante, aunque estas siguen ostentando el dudoso honor de ocupar el primer puesto del ranking de clientes descontentos, en esta ocasión las cifras fueron algo mejores a las del año anterior. Las compañías del ramo teleco llevaron a cabo un mayor esfuerzo de despliegue y ampliación de redes para hacer frente a la creciente demanda de tráfico de datos motivada por la pandemia y esto ayudó a mejorar el servicio. Como consecuencia, hubo un 23,5% menos de quejas.
BANCOS Y MÁS. Las que sí aumentaron fueron las interpuestas contra bancos, en concreto, un 57,8%. En 2020 los pontevedreses denunciaron ante Consumo 120 malas prácticas de entidades financieras que, junto con las telefónicas, están entre las que más descontento generan entre los ciudadanos.
En el año en el que el covid se extendió a todo el planeta, también las reclamaciones contra aseguradoras se dispararon un 107,7% en Pontevedra (54 denuncias y 171 consultas registradas a lo largo de 2020 en la oficina situada en la primera planta del edificio administrativo de la Xunta en Campolongo).
Aunque la pandemia ha limitado notablemente la actividad turística, hostelera y de esparcimiento (restringiéndola totalmente durante parte del año), los requerimientos contra empresas de turismo y ocio se dispararon. En total se registraron 157 quejas formales, un 39% más que el año anterior. Muchas de ellas fueron precisamente motivadas por el covid, pues tuvieron que ver con viajes y estancias en alojamientos que ya estaban reservados y abonados antes de declararse el estado de alarma y, pese a no poder realizarse, las empresas beneficiarias pusieron problemas para reembolsar el dinero cobrado. De hecho, la oficina de Consumo recibió 299 consultas sobre servicios de estos sectores.
Otros ramos en los que aumentaron las reclamaciones fueron el transporte (125 quejas, lo que supuso un 20% más que el año anterior) y los servicios postales y de correos (27 quejas, un 22,7% más), algo que no es de extrañar teniendo en cuenta el gran repunte de las compras online y el reparto a domicilio.
En electrónica y óptica hubo un 20,6% más de quejas y en el ámbito educativo, un 23% más. Sin embargo, las denuncias a empresas energéticas bajaron un 44,5% (de 359 pasaron a 199).
Sector del ladrillo
El sector inmobiliario también recibió menos denuncias: un 10,53% menos que el ejercicio pasado. aunque sí hubo muchas consultas relacionadas con este ámbito, en concreto, 128.