La recogida de basura en el casco histórico se hará en una franja horaria con colectores de quita y pon

La empresa adjudicataria del nuevo contrato tendrá la obligación de renovar "a inmensa maioría dos medios" cada diez años
Contenedores de basura en el casco histórico. GONZALO GARCÍA
photo_camera Contenedores de basura en el casco histórico. GONZALO GARCÍA

La entrada en vigor del nuevo contrato de basuras de Pontevedra implicará varios cambios en la recogida y uno de los principales afectará al casco histórico. Allí no habrá contenedores diseminados por las calles ni tampoco los habrá subterráneos, sino que los colectores estarán almacenados en un único punto y se distribuirán cada tarde en una franja horaria determinada para luego volver a retirarlos, de manera que la ciudadanía dispondrá de unas horas concretas para depositar sus residuos.

El proceso se repetirá todos los días, de manera que serán "contedores de pon e quita", como explicó este lunes el concejal responsable del área, Raimundo González; y la franja horaria será la que la empresa que se haga con la adjudicación del servicio estime que es conveniente. Asimismo, la licitación deja la puerta abierta a que la empresa pueda aplicar el mismo sistema con la recogida de envases, e incluso con la de vidrio y la de papel/cartón, si bien con estos dos últimos ya hay establecido actualmente un sistema de recogida puerta a puerta que funciona. "Non se lle limita ao licitador. O que se pon no estudo e que non se plantexa a posibilidade de colectores no centro histórico", aclaró el edil. "Queremos salvagardalo".

Una novedad importante es que la empresa adjudicataria no tendrá una retribución fija como hasta ahora, sino que variará en función del cumplimiento de una serie de objetivos

Más allá del casco histórico, en el centro urbano y la periferia de la ciudad, el servicio de recogida se seguirá prestando como hasta ahora los siete días de la semana (incluyendo domingos y festivos) y en las zonas más diseminadas del concello, la recogida se realizará dos o tres días a la semana, en función de la producción de basura de las diferentes áreas.

Esta es una de las novedades anunciadas este lunes por el edil de Xestión de Residuos, que también avanzó que, aunque el nuevo contrato de basuras tendrá una vigencia de 20 años prorrogables, la empresa adjudicataria del nuevo contrato tendrá la obligación de renovar "a inmensa maioría dos medios" cada diez años. Esa es, según indicó el edil, la vida útil estimada para vehículos, contenedores y demás equipamientos, de manera que así se garantiza que no queden obsoletos o en malas condiciones. La condición afecta también a los medios de la futura planta de compostaje, tanto a la maquinaria fija como a la móvil.

Otra de las cuestiones indicadas por Raimundo González es que la inversión de entrada prevista asciende a 23.289.000 euros, de manera que, teniendo que renovar todos los medios a los diez años, "o investimento ao longo dos 20 anos do contrato vai rondar os 40 millóns de euros".

Lo que no se puede concretar de momento es cuándo saldrá a licitación, pues todavía falta aprobar los pliegos técnicos y administrativos y pasar luego el trámite de la Xunta de Goberno, entre otras cuestiones. "É un contrato moi, moi complexo. O de maior dimensión do Concello con diferencia, e os tempos deste contrato nada teñen que ver con outros. Se hai que facelo a punto de cruz, farémolo, porque nestas cuestión os recursos están á orde do día e nós queremos ter as mínimas posibilidades de que os poida haber", señaló el nacionalista.

De momento, este lunes se aprobó el anteproyecto de explotación del servicio y también el estudio de viabilidad de la concesión, que, como apuntó González, es un paso importante ya que "é o requisito previo que garante a viabilidade do seu equilibrio económico". Es decir, es un documento de más de 700 páginas en el que se recogen todos los costes derivados de la prestación (salarios, medios, tratamiento, oficinas, localizaciones auxiliares, etcétera) y que garantiza que la empresa concesionaria no pueda decir a posteriori que su oferta económica resulta insuficiente para desarrollar el servicio.

Lo que sí está ya definido es el importe máximo de licitación anual: 10.702.093,53 euros, y también que se contempla una plantilla de alrededor de 160 trabajadores.

También está clara otra cuestión importante: "Que todo isto non vai repercutir no peto dos cidadáns, porque non vai implicar ningunha suba das taxas do lixo", aseguró el concejal responsable. De  hecho, indicó que incluso habrá que ver si se podrían incluir bonificaciones por baja generación de residuos, si bien el pliego no lo especifica.

Y otra cuestión anunciada por el Concello es la relativa al régimen jurídico, aprobado este lunes en Xunta de Goberno. Una novedad importante es que la empresa adjudicataria no tendrá una retribución fija como hasta ahora, sino que variará en función del cumplimiento de una serie de objetivos, como la cantidad de basura que haya que tratar. Por ejemplo, "cantos máis residuos orgánicos se traten en composteiros individuais ou colectivos, máis retribución vai ter", explicó el concejal. "É dicir, o adxudicatario vai depender de toda unha serie de elementos alleos a el pero que el pode controlar para a súa retribución", de ahí que la empresa tenga que velar porque el sistema funcione lo mejor posible. "A media será de 314 euros por tonelada, pero pode ser máis se logra que se reduza a cantidade de lixo que se xere, e tamén vai ser penalizada se esta aumenta de maneira exponencial".