Reconoce que fue a Surinam a gestar un alijo de coca y el juez le absuelve

La AN exonera a dos pontevedreses y a un colombiano alegando que "fue una estafa" ► Invalida las pruebas que les vinculaban con los 2.575 kilos incautados en Marruecos
El alijo que la Policía Nacional y las autoridades marroquíes vinculan a los absueltos. BCIJ MAROC
photo_camera El alijo que la Policía Nacional y las autoridades marroquíes vinculan a los absueltos. BCIJ MAROC

Parece ser que viajar a Surinam y a Guayana con medio billete de 50 euros para establecer contacto con los colombianos "para supervisar la carga del buque", como él mismo reconoció en el plenario, no es un delito de tráfico de drogas en grado de tentativa. Eso es lo que acordó la sala primera de lo Penal de la Audiencia Nacional, después de absolver a José Ramón C.M., de Rianxo, y a su presunto socio, el vilanovés José Pérez Rial, un narcotraficante con experiencia vinculado al clan de Los Charlines. Este último cambió su testimonio en el juicio, pero en la fase de instrucción había confesado que, tras reunirse con Fernando Escobar, un colombiano que escabulló de la acción de la Justicia, y con dos personas más, iba a participar en el mismo narcotransporte, aunque su función sería la de aportar una nave "para guardar unos 700 kilos de cocaína que iban a transportar desde América".

La sentencia considera acreditado el "acuerdo de los dos acusados para intervenir en una importación de cocaína desde América hasta España, y en la aportación por parte del primero de los actos concretos que suponen un inicio de ejecución, como fue su traslado a Surinam, punto de salida del transporte marítimo, y su presencia en el país para supervisar la carga". Sin embargo, y dado que, según el tribunal presidido por Francisco Vieira Morante (si bien el ponente de la sentencia es Ramón Sáez Valcárcel) "lo único que sabemos, por la declaración de los coacusados, es que el proyecto existió, pero que varios de los partícipes solo buscaban estafar a otro de ellos, del que lograron que les entregara una cierta cantidad de dinero que según su relato ascendería a 350.000 euros".

Por ello, y aunque la acusación pública reclamaba penas de 12 años de cárcel para el colombiano Julio César B., de diez para Pérez Rial y de tres y medio para José Ramón C.M., el juzgado central optó por la absolución.

ALIJO DE DAKHLA. La operación que sirvió para detener a los citados investigados y a 21 personas más cristalizó en diciembre de 2016, a cargo de agentes del Greco Galicia y de la Sección IV de la Brigada Central de Estupefacientes, la Udyco de Vigo, el GEO y el MAOC-N de Lisboa, todo ello en colaboración con la Dirección General de Seguridad del Territorio de Marruecos. El despliegue de medios sirvió para que la marina del país magrebí interceptase el barco Zhar 2 en aguas próximas a Dakhla con 2.575 kilos de cocaína (si bien, por causas que se desconocen, finalmente solo se presentaron 1.300, pudiendo haberse perdido parte de la carga en el mar). La Policía Nacional señaló entonces que se había logrado desmantelar la principal organización dedicada al tráfico de cocaína en grandes cantidades entre Sudamérica y Europa vía Marruecos, por lo que investigó a los ahora absueltos y a varias personas más que ni siquiera fueron a juicio. Se trataba, según los agentes, de otro cargamento relacionado con los citados gallegos y colombianos que ya lo habían intentado anteriormente, con la participación destacada de otro individuo que lograría escapar: el vilagarciano alias Lemiña, considerado en Sudamérica, donde acabó siendo detenido, "el gran barón de la cocaína en Marruecos". Suyos eran los contactos en ese continente, sostiene la Policía.

El motivo de que nadie pague (en España) por un alijo cuyo destino, al menos en parte, iba a ser Galicia, es que la Audiencia Nacional dejó sin efecto las pruebas obtenidas a raíz de los dispositivos de seguimiento de los vehículos de los investigados. La AN acusa a la Policía de obtener las autorizaciones para ello a través de conjeturas (algo que también atribuiría al juez instructor y al fiscal Antidroga, que validaron las medidas para la investigación). Nada más lejos de la realidad. Las pesquisas comenzaron tras saber de las reuniones entre el conocidísimo narco Manuel Prado López con el citado y también conocido Pérez Rial y el ahora en rebeldía Fernando Escobar, en las que llegaron a hablar de coordenadas para un transporte en la zona de Cabo Verde. Todo eso, para un juez de Madrid, son "conjeturas". Y por si fuera poco, el fiscal de la AN decidió no recurrir al Supremo.

La justicia de Marruecos difiere de la española y logra la extradición de Lemiña, presunto jefe de la operación

El vilagarciano permanecía bajo custodía en Perú después de fugarse

La Comisión Oficial de Extradiciones y Traslados de Personas Condenadas de Perú ha decretado la extradición a Marruecos del vilagarciano Lemiña, considerado por la Policía la persona más influyente entre los narcos gallegos en el Norte de África y por los sudamericanos "uno de los narcos más poderosos del mundo ". Interpol considera al pontevedrés el organizador de toda la operación de desembarco de las 2,5 toneladas en la que también habrían participado los ahora absueltos José Ramón C.M., José Pérez Rial y Julio César B. Tras dos años en fuga, fue arrestado en septiembre de 2018 en Perú, donde se había refugiado, y allí permaneció hasta ahora, cuando pasará a estar bajo custodia de Marruecos para ser juzgado por unos hechos que según la Audiencia Nacional no son delito pero sí en Sudamérica y también en África. El país magrebí le atribuye los delitos de tráfico de drogas, facilitación de su uso a terceros, tenencia ilícita e intento de exportación y transporte en agravio del Reino de Marruecos, hechos por los que ahora deberá responder ante el Tribunal de Primera Instancia de Tánger. La Policía sitúa a Lemiña como el nexo entre el colombiano y los magrebíes. Interpol va más allá y asegura que tenía capacidad para mover sustancias estupefacientes en países tan distantes como Marruecos, Holanda, Italia, España y Estados Unidos. En Pontevedra es conocido desde la histórica operación Gaviota.