El 2022 será recordado por haberse anotado entre junio y septiembre la mayor inflación de los últimos cuarenta años. O por recuperar datos de paro que no se veían desde antes de la crisis del 2008. También por batir el récord nacional de recaudación fiscal desde que Hacienda mide sus datos. En Pontevedra, en concreto, nunca antes el fisco había abastecido su oficina local con medias de ingresos próximas a los cien millones al mes, como está ocurriendo desde el pasado enero.
En mitad de la polémica sobre si los gobiernos deben optar por bajar la presión fiscal o mantenerla para robustecer al Estado en un momento como el actual, en el que las políticas sociales hacen más falta que nunca, lo cierto es que la caja de Hacienda rebosa como jamás antes había sucedido.
Hace quince años, la Agencia Estatal Tributaria recaudaba entre enero y octubre en su oficina de Pontevedra 705 millones de euros. Antes del estallido de la pandemia, en 2019, los ingresos eran de eran 715 millones. En ese tiempo el nivel de esfuerzo fiscal de los contribuyentes dependientes de esta oficina se mantuvo entre los 700 y los 720 millones de euros.
Este año, entre enero y octubre, el fisco lleva recaudados cerca de 915 millones en Pontevedra, es decir, una media próxima a los 100 millones de euros cada 30 días. En los diez primeros meses del año, cada contribuyente pagó de media 5.000 euros. Jamás en la historia de las estadísticas de Hacienda se había recaudado tanto aquí. La caja fiscal se está llenando casi un 28% por encima de lo que venía siendo habitual, propulsada por la subida de los impuestos y por una inflación desbocada durante los últimos meses. Desde mediados de año, el precio de la vida llegó a variar de un mes a otro por encima de los dos dígitos durante más de tres meses consecutivos, para luego moderarse hasta situarse en noviembre por debajo del 7%.
Este vértigo en los precios provoca que solo en el Impuesto sobre el Valor Añadido los pontevedreses hayan pasado de pagar 250 millones en los diez meses del año 2007 (cuando aparecieron por primera vez las estadísticas fiscales por delegaciones), a los 390 que se llevan recogidos en Pontevedra hasta finales del pasado octubre, marcando así un incremento del 56%.
Comparado el dato con la última marca precovid, la del 2019, el Iva pasó de recaudar en la comarca 333 millones a 390 en los primeros diez meses de 2022.
Una situación parecida se vive en el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas, que hace quince años le suponía a la oficina tributaria local unos ingresos próximos a los 250 millones de euros, que luego pasaron a 333 millones de euros en el 2019, justo antes de que la pandemia lo cambiase todo, hasta figurar en el presente ejercicio económico con 390 millones de euros recaudados en la delegación pontevedresa de Hacienda, siempre hasta el pasado mes de octubre.
El Impuesto de Sociedades, que pagan las empresas, también ha inflado la caja fiscal tras cosechar 120 millones a partir de los 95 que había recaudado en 2019.
Juntos, IRPF, Iva y Sociedades, suponen más del 90% de toda la caja fiscal en la delegación pontevedresa.
Además del hachazo fiscal, la inflación también provoca una erosión inusitada en la capacidad de ahorro de los hogares, que está ya situada en su nivel más bajo desde finales de 2019. La tasa de ahorro entre marzo y junio de este año se situó en el 8,5 % de la renta disponible, 2,1 puntos por debajo del primer trimestre. Hoy las familias ahorran un 20% menos de lo que lo hacían hace solo un año. En cuanto al conjunto de los depósitos de hogares y empresas residentes en España, se situó en 1,296 billones de euros en octubre, lo que supone un descenso del 1,23% en el mes, pero un aumento del 4,67% en comparación con un año antes, según los datos provisionales del Banco de España. El ahorro de las familias aumentó ese mes un 4,73% respecto a un año antes, al situarse en 987.000 millones de euros.
No obstante, en comparación con el mes precedente disminuyó un 0,55%, encadenando tres meses consecutivos a la baja.
