Una redondelana lucha desde hace 13 años contra una enfermedad que no tiene nombre

Yessica Martínez lleva mucho tiempo buscando un diagnóstico para la dolencia que le ha dejado en silla de ruedas ▶Reclama más investigación para su dolencia, "única en el mundo" ▶ Su peregrinaje médico incluyó una visita a EEUU que se saldó sin resultados

Yessica tiene en la actualidad 22 años. DP - Redondelana con una grave enfermedad sin nombre2

Yessica Martínez (Vigo, 1995) llama a este periódico para reclamar "una solución". Tiene 22 años y desde hace 13 busca que la sanidad le ponga nombre a la enfermedad degenerativa que le ha usurpado sus capacidades para caminar y hablar como el resto de sus colegas coétaneos. "Lo llevo muy bien y soy muy feliz, pero creo que deberían investigar algo más (....) Soy un persona igual que el resto y me merezco lo mismo que los demás", reivindica al otro lado del teléfono.

Yessica, vecina de Redondela, lleva cinco años en silla de ruedas y se siente "molesta" al ver cómo a veces los fondos públicos se invierten en destinos secundarios. El último ejemplo: "el alumbrado de Navidad", en el que los concellos del entorno han invertido cantidades ingentes de dinero para vestir las calles con colores que le sonrojan. "Hay otras cosas más importantes", incide.

Luchadora incondicional y franca por naturaleza , Yessica ha dado a conocer su caso en medios gallegos y nacionales, sobre todo a raíz de protagonizar una campaña de recogida de tapones que todavía sigue activa para sufragar sus terapias y, especialmente, "para que se conozca el caso".

A su corta edad ha visitado los mejores hospitales del país e incluso ha cruzado el charco para someterse al examen de especialistas médicos de Estados Unidos. "Estuve una semana allí haciendo pruebas, pero no saben qué me pasa. Es una enfermedad rara y única en el mundo", manifiesta. La única pista que recabó en el Progama de Enfermedades sin Diagnosticar del Hospital de Maryland es que existe una acumulación de calcio en su cerebro.

LUCHA CONSTANTE. Lejos de hacerle cejar en su empeño, la incertidumbre parece bombear su búsqueda de un diagnóstico. Y lo cierto es que no pierde oportunidad. Ha publicado un libro relatando su experiencia y desde hace un tiempo escribe periódicamente por WhatsApp al conselleiro de Sanidade, Jesús Vázquez Almuíña, para que su caso no caiga en el olvido.

Su padre, Hermi Martínez, no esconde su agotamiento. Después de tantos años llamando a las puertas de decenas de especialistas "uno ya no sabe ni qué pedir. Solo reiterar que, 13 años más tarde de que empezaran a estudiar su caso, todavía seguimos sin diagnóstico".

Actualmente, todas las expectativas están puestas en el departamento de enfermedades raras del Hospital Carlos III, cuyos profesionales médicos ya se encuentran examinando la documentación clínica de Yessica. Al mismo tiempo, y a pesar del desgaste, Hermi tampoco ceja en su empeño de ponerle nombre a lo que le ocurre a su hija. "Esto nunca lo dejas de mano y siempre estás atento a los estudios que van saliendo y a las pruebas que se pueden hacer", apunta.

Yessica nació el 7 de noviembre de 1995 en el Hospital Xeral de Vigo, aunque su caso se dio a conocer cuando residía en Redondela. Tiene una página de Facebook para la recogida de tapones y la web elmundoconyesi.es, en la que cualquiera puede conocer los episodios más importantes de la vida de la joven.

EXPERIENCIA. "Yessica tenía una vida normal, pero a los seis años empezó a caminar mal, metiendo los pies hacia dentro", recuerda Hermi. La joven continuó un tiempo con su actividad con plena normalidad: "Ni me enteraba, pues jugaba, saltaba con mis amigas, iba al colegio y aprobaba todo sin ningún problema", describe en su página web.

Sin embargo, las dificultades para caminar se fueron pronunciando poco a poco, hasta que un día sus padres decidieron consultar lo que le ocurría con el pediatra. Fue entonces cuando comenzó lo que se convertiría en un auténtico periplo para encontrar respuestas al comportamiento del cuerpo de Yessica.

Primero el estudio corrió a cargo de traumatólogos gallegos, pero pronto comenzarían a sucederse las visitas a facultativos de otras especialidades de Galicia y el resto del país. El peregrinaje incluyó la colocación de un aparato electroestimulador en las piernas que resultó inútil, la toma de "medicación especial" importada de Holanda que tampoco surtió efecto o la realización de decenas de estudios y pruebas que tampoco lograron despejar las dudas que desataron la investigación.

Hoy su historia clínica tiene más detalles que al principio, pero sigue entre interrogantes. Quizás por eso Yessica llama de vuelta a la redacción para asegurarse de que "va a salir publicado que es muy importante continuar con la investigación, ¿no?".

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