El debate está servido. ¿Está en la reducción de horarios el futuro de la hostelería? No hay una sola respuesta. El Grupo Nove fue el primero en decidirse a cerrar a la 1 de la madrugada en aras de mejorar la conciliación de sus empleados, aseguran, y facilitar "que as copas se tomen nos pubs e non nos restaurantes", dice Iñaki Bretal, cocinero de O Eirado da Leña e integrante del Grupo Nove.
A la iniciativa de los chefs con Estrella Michelin ha seguido la de los hosteleros de Sanxenxo. El pasado fin de semana el 70% de los establecimientos de restauración del municipio se sumaban a una propuesta liderada por el Consorcio de Empresarios Turísticos (CETS). Consiste en que los restaurantes y casas de comidas cierran sus puertas a las 17 horas por la tarde y a la 1 de la madrugada, tras servir las cenas. Así, aseguran, se corrigen viejas tendencias que llegaban a juntar ambos servicios.
En Pontevedra, Hoempo ha trasladado el debate a sus asociados "y es mucho más complejo de lo que parece", sostiene su presidente, Dani Lorenzo. "Hay que tener en cuenta la flexibilidad de este sector, tú te encuentras establecimientos que te dan desayunos y no ponen copas y otros en los que puedes comer un chuletón y tomarte un cóctel de madrugada", observa la directiva de Hoempo Elena Vitoria.
ASIGNATURA PENDIENTE. Sin embargo, para la Federación de Empresarios de Hostelería de la Provincia (Feprohos) no es la solución. El colectivo que preside César Ballesteros urge a dejar atrás "malas costumbres" y hacer más atractivo el empleo en un sector que durante la pandemia ha visto migrar a muchos profesionales hacia otros sectores "y ahora no quieren volver". Pero los problemas de falta de personal, añade Ballesteros, no se resuelven cerrando a la 1 de la mañana en vez de a las 2. "¿Para conciliar salir a la 1 de la mañana? Una cosa es modificar malos horarios, que ha habido tradicionalmente en la hostelería, y otra muy diferente que no tengas ajustado en tu empresa el horario de los trabajadores".
El representante de Feprohos subraya que en un sector tan variable "no es lo mismo mayo que agosto, un martes que un sábado", y la flexibilidad es importante e implica "llegar a acuerdos con los trabajadores".
No solo en Pontevedra, la falta de personal es un problema generalizado en la hostelería. "Todo esto tiene un por qué, porque también se ha abusado mucho", dice Vitoria que recuerda que la hostelería también tiene mucha base de autoempleo.
"Hacer más atractivo al sector es una asignatura pendiente", dice Ballesteros. "En eso coincidimos plenamente. Hay que ser muy polivalente y saber mucho para ser un buen hostelero. Tenemos que encontrar la manera de que esos profesionales consideren atractivo nuestro sector", concluye.
