La reforma de la estación de autobuses de Pontevedra estará lista antes del verano. Es la previsión que maneja la Consellería de Infraestruturas para poner punto y final a una obra que acumula un importante retraso. La actuación iba a estar rematada a finales de 2020, pero distintos contratiempos han alargado su ejecución. Imprevistos técnicos, el impacto de la pandemia del coronavirus en los ritmos de trabajo y la crisis de materiales lastraron el denominado proyecto intermodal, que llegó a estar paralizado por problemas en la cadena de suministro de acero o plásticos.
Las obras exteriores están finalizadas, por lo que solo falta culminar la rehabilitación integral del edificio de la terminal. "Nestes momentos estanse a executar os teitos das dársenas e os revestimentos interiores da planta cero e rematando as oficinas interiores da planta primeira", explican desde Infraestruturas.
Los operarios están colocando las barandillas interiores y la iluminación de las dársenas para luego instalar la chapa perforada de la fachada, que funcionará como una segunda piel para el inmueble. Esta última intervención, la del revestimiento, empezará a finales de este mes. Será de cero blanco. Además, la semana que viene se colocarán las puertas de la entrada desde la plaza.
La terminal mantendrá la cafetería y se prevé que el resto de locales los ocupen firmas de transportes
La actuación el interior de la terminal fue adjudicada a las empresas Alea y Arines por 2.384.785,32 euros (IVA incluido). El contrato fue modificado en marzo de 2021, lo que conllevó un sobrecoste de 354.733,20 euros.
La segunda pata de los trabajos, que ya están finalizados, corrieron a cargo de la firma Extraco. En este caso, el importe de adjudicación, de 2.928.080,21 euros, también sufrió un encarecimiento. La Xunta aprobó un modificado del proyecto por 384.586,88 euros.
Esta actuación se ejecutó en el exterior del recinto. Y las obras consistieron en la reordenación del tráfico de la central de autocares, suprimiendo el antiguo punto de entrada y salida de los autobuses, que estaban situados en los laterales de la estación. También se creó un paso cubierto con salida desde la nueva plaza, que estrenó pavimento de adoquín. La plataforma de este entorno se elevó para que los usuarios pudieran ir a pie a la terminal del ferrocarril por este itinerario.
Además de los cambios en el aparcamiento en superficie que hay frente a la Avenida da Estación, la concesionaria incluyó el pavimentado en hormigón de la zona por la que circulan los autocares. También se destapó un tramo del río Gafos, el más pegado a la instalación. En esta zona se construyó una pasarela de madera para unir la senda fluvial con Campolongo.
Los numerosos imprevistos que han afectado a esta obra influirán en su presupuesto final, superando así los seis millones de euros. De este dinero, el 75% lo aportará la Xunta a través de fondos europeos Feder y el 25% restante los abonará el Concello a través de recursos propios.
En la actualidad, el adjudicatario tiene ocupados varios locales en régimen de alquiler, que se utilizan como oficinas para los operadores de transporte, como cafetería y restaurante y como alquiler de vehículos, además de dejar espacio a alguna asociación. La Consellería de Infraestruturas espera que el resto de despachos vacíos se arrendarán a compañías vinculadas al sector del transporte.
