La reforma integral de la Rúa da Santiña espera la autorización de la Dirección Xeral de Patrimonio Cultural desde hace año y medio. El concejal de Obras, Cesáreo Mosquera, reconoció este martes estar "ata o moño" de la demora del informe de este organismo de la Xunta. "O que parecía que só era un trámite, leva meses e meses aí. É un atranco difícil de entender. Porque só hai que dicir se cumpre ou non cumpre", dijo al ser preguntado por el retraso que acumula esta actuación.
El Concello recibió la autorización al proyecto básico en marzo de 2021. Entonces, los técnicos de Patrimonio indicaron la necesidad de que la humanización se acompañase de una cata arqueológica al tratarse de una zona por la que pasa el Camiño de Santiago, una tarea que se realizará durante la ejecución de los trabajos.
Después de este trámite, Pontevedra envió al organismo autonómico el proyecto de ejecución de A Santiña, en el que figuran todos los detalles de la reforma. El documento se giró el 13 de enero de 2022 y, desde entonces, no ha habido respuesta.
"Estamos fastidiados", reconoció Mosquera, que confía en que la obra pueda salir adelante. "Agardo que se resolva isto canto antes e poidamos facer esta actuación", indicó.
El edil del BNG confirmó, por otra parte, que la preocupación en el seno del Ejecutivo pontevedrés es tal que hasta el alcalde, Miguel Anxo Fernández Lores, tiene la intención de ponerse en contacto con el conselleiro de Cultura, Román Rodríguez, para tratar de desbloquear esta situación.
La reurbanización de A Santiña completaría las reformas urbanas vinculadas al Camiño de Santiago en vías municipales. El proyecto, anunciado en 2020, ha sufrido distintos cambios en los últimos años. Sobre todo por el encarecimiento de materiales, que ha elevado el presupuesto final de la obra hasta 1.804.914 euros.
La humanización será cofinanciada con fondos europeos Next Generation, que aportarán el 89% del coste total, concretamente 1.606.500 euros.
Plataforma única y servicios nuevos
La actuación, vinculada a la puesta en marcha de las obligatorias Zonas de Bajas Emisiones, prevé la implantación de una plataforma única a lo largo de los 800 metros que tiene esta calle. De esta manera, las aceras y la calzada estarán al mismo nivel y los peatones tendrán prioridad sobre los coches. El pavimento será de hormigón para garantizar su durabilidad.
El proyecto contempla la renovación de todos los servicios subterráneos y la humanización de una calle que es paso obligado del Camiño Portugués.
La reforma de A Santiña también prevé la creación de zonas de estancia, con nuevo mobiliario urbano, y la plantación de árboles en los distintos tramos del vial. En el ámbito más próximo al puente de O Burgo habrá especies de tipo liquidámbar; en la zona intermedia se plantarán ciruelos de hoja púrpura y el trazado más próximo a Lérez contará con una fila de chopos.
La obra renovará el alumbrado público con elementos que se diseñarán específicamente para esta zona y se instalarán puntos de luz debajo de los bancos, de los muros y en el suelo. De esta manera se hará un guiño a los peregrinos, como ocurre en otras zonas, como el puente de O Burgo o en el barrio de O Gorgullón.