El santuario de la Peregrina, uno de los lugares más visitados de la ciudad (junto a la Real Basílica de Santa María la Mayor y las Ruínas de San Domingos), se preparaba para un ambicioso plan de mejora cuando la pandemia echó por la borda el proyecto diseñado por la Cofradía de Nuestra Señora del Refugio la Divina Peregrina. La entidad que preside Ignacio Landín ha desempolvado el completo dossier que tiene previsto enviarle a la Dirección Xeral de Patrimonio para solicitar los pertinentes permisos para la realización de las obras de rehabilitación que necesita el templo y, al mismo tiempo, pedir su colaboración económica, una ayuda que es "indispensable" para afrontar el coste de los trabajos.
Según los cálculos iniciales del estudio económico que efectuó la Cofradía de la Peregrina, las reformas tendrían un coste aproximado de 200.000 euros. Sin embargo, tras efectuar un estudio más detallado de las necesidades, la cifra asciende a más de 500.000 euros, un importe que hace necesaria la implicación de las administraciones con competencias en el ámbito de la protección y conservación del patrimonio.
"Nos pondremos en contacto con la Dirección Xeral de Patrimonio, pero creo que tendremos que esperar un tiempo para acometer la rehabilitación del santuario porque la actual situación económica ha dejado a las administraciones con los recursos al límite porque a raíz de la pandemia han surgido otras prioridades", explica Ignacio Landín.
Aunque en principio la intención de la entidad encargada de la gestión del emblemático templo era acometer unos trabajos básicos de pintado de la fachada principal y de limpieza que, no obstante, requerirían la instalación de andamiaje y grúas, finalmente la descartó "para evitar tener que cerrar el santuario durante alrededor de tres meses", que era el plazo estimado de duración del profundo lavado de cara que se le pretendía dar al edificio de culto.
Junto a la puesta al día de las paredes exteriores afectadas por la humedad (como lo evidencia el desconchado que presenta en algunas zonas), la actuación que había proyectado la Cofradía de la Peregrina incluía la mejora del enlosado del atrio, la reposición del pararrayos situado en una de las torres y el arreglo de la fuente, de la que desde hace algún tiempo ha dejado de manar agua.
Las piedras que conforman el atrio están siendo sometidas a vigilancia. Entre ellas han sido colocados unos testigos (piezas de madera) que permiten comprobar si el enlosado se está moviendo.
El atrio fue construido hacia 1793. Cuando la ciudad sufre la denominada fiebre de la piqueta, a mediados del siglo XIX, se produce una importante remodelación urbanística que llega a afectar a esta parte del conjunto religioso. Además, su fuente original acabaría siendo sustituida por una gran escalinata en la década de 1880.
Fue en 1953 cuando el arquitecto y restaurador Pons-Sorolla recuperó el diseño original con la fuente, la balaustrada y los monfortinos que habían sido eliminados.
FUENTE. Que la fuente vuelva a funcionar es, según señala Ignacio Landín, es una actuación que en principio resultaría muy sencilla de realizar, por lo que tiene previsto ponerse en contacto con el Concello y que sean los técnicos los que aporten una solución. "En mi opinión la fuente es uno de los elementos más hermosos con los que cuenta el santuario, por lo que creo que merece la pena su arreglo", apostilla.
Las humedades no solo afectan a las fachadas del templo sino que también están causando perjuicio en el interior debido a la existencia de una canalización subterránea de agua que atraviesa el santuario. "En una zona próxima a la sacristía hay mucha humedad, al parecer debida a este antiguo canal", subraya el presidente de la Cofradía de Nuestra Señora del Refugio la Peregrina.
Landín es cauto a la hora de pronunciarse sobre la posibilidad de acometer el plan de rehabilitación el próximo año. "Deberá ser la Junta General de la Cofradía de la Peregrina la que decidirá sobre qué tipo de actuación se desarrollará y cuándo, además de dar su visto sobre el presupuesto. En su día se verá", recalca.
Entre las actuaciones más destacadas que efectuó la entidad encargada de la gestión del santuario en el que se venera la imagen de la patrona de la provincia figura la restauración del retablo principal del templo, la recuperación de la carroza procesional y la puesta en funcionamiento del relojo situado en la fachada principal.
Estas mejoras en el patrimonio religioso que gestiona la cofradía supuso una inversión de entre 40.000 y 50.000 euros que fue abordada con fondos de la propia entidad. El emblemático templo en el que se venera la imagen de la patrona de la provincia fue declarado Monumento Histórico Artístico en 1982. Alcanzó el grado de Bien de Interés Cultural (en la categoría de monumento) el 13 de octubre de 2011.
El santuario combina fórmulas típicas del último barroco con sugerencias neoclásicas. Su planta está inspirada en una vieira, símbolo por antonomasia de los peregrinos. La fachada principal del templo, obra de Antón Souto, va precedida de un sencillo atrio con escalera, perimetrado por balaustrada con pináculos.
