El refugio Ohana lidera las protestas contra la Ley de Bienestar Animal

La asociación pontevedresa escribió un manifiesto, al que se han unido ya más de 200 colectivos de todo el país, para exigir al Gobierno que incluya a los perros de caza en esta nueva norma
Una voluntaria de Ohana, María Guimarey, jugando con dos perros del refugio. RAFA FARIÑA
photo_camera Una voluntaria de Ohana, María Guimarey, jugando con dos perros del refugio. RAFA FARIÑA

España está a la cabeza en Europa en abandono y maltrato animal. Según datos de la Guardia Civil, de todos los perros que lo padecieron entre el 2013 y el 2016, más del 40% pertenecían al mundo de la caza. Además, un estudio de la Fundación Affinity (2021) "situó la época de fin de caza como la primera causa de abandono en todo el país". 

A pesar de todas estas cifras, el pasado 13 de septiembre el PSOE presentó una enmienda a su propia Ley de Bienestar Animal con el objetivo de excluir de la misma a los perros de caza, así como a todos los animales empleados en actividades profesionales, tales como la ganadería o la cetrería.

Esta decisión ha sentado como un jarro de agua fría entre los animalistas y por ello, desde Pontevedra se ha pasado a la acción. La Asociación de Rescate Animal Ohana puso en marcha un manifiesto en el que se muestra su "rechazo absoluto" a esta medida y en el que se exige que se "materialice una ley que asegure y vele por el bienestar físico y emocional de todos los animales", sin discriminar a ningún tipo de perro. 

Ohana exige que se "materialice una ley que asegure y vele por el bienestar físico y emocional de todos los animales"

"Nosotras lo que pretendemos es dar a conocer la atrocidad que sería que realmente eso se llevase a cabo para las protectoras y también para los perros de caza, ya que los dejaría totalmente desprotegidos", explica Claudia Ramos, la presidenta del colectivo.

La difusión de este documento ha sido tal que ya ha sido firmado por más de 200 asociaciones de todo el panorama nacional.

La portavoz del refugio pontevedrés hace hincapié en las consecuencias que tendría esta enmienda en las protectoras, ya que "nos dejaría sin poder actuar, porque cada vez que llegan perros de caza que son, desgraciadamente, los que más entran en las protectoras, lo hacen totalmente desprotegidos y destrozados psicológicamente y físicamente, y si no tenemos una ley que nos ampare contra eso, no podremos defender sus derechos y ya no habría ningún tipo de opción para que la gente que los maltrata pague por ello y no podremos exigirles que tengan a estos perros en unas condiciones mínimamente saludables".

Dos perros del refugio Ohana. RAFA FARIÑA
Dos perros del refugio Ohana. RAFA FARIÑA

La presidenta de Ohana insiste en que "estos animales no podrán defenderse de todo tipo de maltrato, cría, vejaciones y todo a lo que son sometidos por los cazadores, ya que son usados como herramientas sin tener ningún tipo de consideración por su vida, sentimientos ni necesidades". "Con esta decisión,  los cazadores van a poder hacer todo a sus anchas, sin tener ningún tipo de represalia ni repercusión, y los perros de caza van a dejar de considerarse seres vivos".

Además, apunta la joven, "este documento se lleva a cabo sin ningún fundamento real, ya que no hay ningún motivo con el que puedan demostrar que estos perros puedan ser excluidos, porque saben que son iguales que los demás". Simplemente, añade, "los excluyen para favorecer a un colectivo que cada día es más minoritario, pero ellos mismos saben que es injusto".

Excluyen a los perros de caza para favorecer a un colectivo que cada día es más minoritario, y ellos mismos saben que es injusto

El 80% de los peludos que entran en las protectoras son galgos, podencos o grifones

El pasado jueves, el refugio Ohana registró la entrada de Julieta, una grifona abandonada que no tenía microchip. Ella se sumó a la larga lista de perros de caza que son abandonados anualmente. "Si al año recibimos 100 perros, un 80% vienen de este sector", confirma Ramos.

Y a pesar de las malas condiciones en las que llegan, "muchos son reclamados por parte de sus propietarios, pero a la hora de ponerles las pilas, deciden cederlos". 

Si al año recibimos 100 perros, un 80% vienen de este sector

En cuando a sus edades, "la mayoría son o de edades muy tempranas o muy adultos. Si son de edad media, es porque han tenido algún tipo de lesión y ya no les valen", señala Ramos.

Situación dramática: Llegan desnutridos y con heridas
Además de ser los perros más abandonados, la situación en la que llegan estos animales de caza a las protectoras son pésimas. "Los dueños, cuando ven que no sirven, los desechan y muchos de ellos entran en protectoras desnutridos, otros con heridas de ir a cazar que llegan súper infectadas, perros a los que se les amputa parte de sus extremidades, que pasan muchísimo dolor y a los que esta gente ni atiende", asegura Ramos. 

La propietaria de Ohana recuerda el caso del zulo. Unos perros cuyos cazadores "tuvieron metidos en un zulo conviviendo con jabalíes y con sus excrementos todo su primer año de vida, hasta que los rescatamos. Ahora están con una psicóloga canina porque vinieron destrozados psicológicamente. Hace casi un año desde que los rescatamos, y aunque dos ya fueron adoptados, seguimos trabajando con los otros dos y luchando para borrarle todo el horror que tuvieron que vivir", explica.