Regresos con final feliz... y susto

El pontevedrés David García y sus amigos ya están en casa tras superar un cúmulo de reveses aéreos: "Es increíble la la total ausencia de controles en Barajas" ▶Manuel pudo volver a Uruguay
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Dos historias de viajes que prometían ser idílicos y se vieron salpicados por el susto y la tensión aunque, en ambos casos, sus protagonistas pueden respirar aliviados.

La primera la protagonizan el pontevedrés afincado en Madrid David García Rodríguez y los cinco amigos con los que se embarcó en una ruta por África. Tras un safari "maravilloso" por Kenia, se toparon con que sus vuelos de regreso vía Roma habían sido cancelados a raíz del coronavirus. Ahí comenzó una odisea para encontrar alternativas, zancadilleadas por las informaciones confusas que les iba dando la embajada española. Horas y horas de negociaciones telefónicas con la compañía aérea dieron como resultado una alternativa vía Frankfurt, esquivando la capital italiana. Una de las jóvenes, residente en Reino Unido, pudo regresar sin problema hace una semana; otras dos –una también de Reino Unido y la otra de Tenerife– lo hicieron el jueves.

"Nos quedamos tres: una amiga de Madrid, el lucense Mateo Bermúdez y yo. Salimos de la costa el 19 por la mañana hacia Nairobi y ahí nos hicieron un montón de controles y de pruebas para descartar que no veníamos de ningún país caliente. Allí estuvimos una noche y luego volamos hacia Etiopía, donde ya no había ningún tipo de control ni de vigilancia por el coronavirus", explica el joven, de 33 años.

En la capital, Addis Abeba, recibieron el primer susto: su enlace de Frankfurt a Madrid tenía overbooking y no podían viajar. "Insistimos en reservar igualmente y ya en Alemania veríamos cómo hacer. Hubo un poco de tensión, porque querían que nos quedásemos y nos daban información confusa, pero al final conseguimos volar", agrega.

Durante las horas de espera en el aeropuerto etíope, les llamó la atención que "aquello estaba a tope, parecía un mercadillo. Los chinos con sus trajes aislantes, mascarillas y gafas...".

Ya en suelo alemán, el segundo sobresalto: un error en los horarios les hizo perder el avión a Madrid por minutos. Pero la fortuna se alió con ellos y el vuelo –el único hacia España– se aplazó siete horas. Respiraron aliviados, pese a la larga espera añadida.

La travesía a Madrid fue rápida y con apenas 30 personas de un pasaje posible de 200. "Al llegar nos sorprendió muchísimo que no había ninguna medida de control, ni presencia policial, ni médicos, ni un puesto de información… El movimiento dentro de la UE no está restringido y en Alemania hay casos positivos, así que podría haber entrado cualquier infectado sin que nadie lo hubiera controlado. Es alucinante", subraya.

Manuel González. DPAL FIN EN URUGUAY. Final feliz también para el marinense Manuel González, afincado en Montevideo desde que era un niño. Una reunión familiar le animó a cruzar el charco, pero cuando quiso volver, el pasado día 20, se topó con que Uruguay había cancelado los vuelos procedentes de España por el coronavirus.

Tras días de angustia e incertidumbre, pudo regresar a casa vía Brasil. 35 horas después de salir de Peinador, Manuel pisaba de nuevo suelo uruguayo, pero no pudo reencontrarse con su familia. Ahora tiene que acatar la obligatoria cuarentena.

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