Renfe obliga a realizar en autobús parte del viaje del tren hotel a Madrid

La falta de maquinistas está detrás de un contratiempo que afecta a decenas de usuarios y a una media de tres convoyes a la semana ► La empresa admite que "no es la situación ideal" y achaca el problema a las desvinculaciones, las bajas y los permisos de los conductores
photo_camera Pasajeros derivados a un autobús desde la estación de Renfe. ARCHIVO DP

"Nadie te pone una pistola en la cabeza, es cierto. O lo tomas o lo dejas, pero si tienes que viajar a Madrid en tren estás obligado a hacer en autobús parte del viaje". Es la reacción de Andrés Dacosta, un usuario habitual del tren hotel que conecta Pontevedra con la capital de España y que desde hace meses viene padeciendo en sus carnes la falta de maquinistas.

Y como él, las decenas de pasajeros que recurren a este medio de transporte, especialmente los fines de semana.

El punto culminante se encuentra en Monforte. El tren hotel que había partido de la madrileña estación de Chamartín a las 22.14 horas llega a la parada lucense sobre las 6.15 horas, y debería continuar su ruta hasta Pontevedra, a donde llegaría pocos minutos después de las nueve de la mañana.

Muchos usuarios eligen esta opción para poder realizar durmiendo y descansados un viaje de 11 horas y 19 minutos (según las estimaciones de Renfe).

Sin embargo, en los últimos meses se vienen encontrado con un imprevisto que altera totalmente lo que debería ser un traslado placentero y sin sobresaltos, al tener que apearse del tren en el apeadero monfortino, recoger sus equipajes y subirse a un autobús (taxi si el destino es cercano), que los llevará a su lugar de destino en alguna de las paradas que restan por cubrir: Ourense, Ribadavia, Guillarei, O Porriño, Redondela, Vigo o Pontevedra.

Esta circunstancia provoca un efecto dominó para los viajeros que pretendían tomar el tren en dirección a Madrid, pues al quedarse la locomotora en Monforte, se ven condicionados a viajar hasta allí en autobús. "No nos dan otra alternativa", se lamenta Andrés Dacosta.

¿A qué es debido esta anomalía? Pues a que el maquinista que ha llevado el tren hasta la localidad lucense está obligado, por ley, a ceder su puesto a otro compañero para disfrutar del preceptivo descanso. Sin embargo, en muchas ocasiones, no hay relevo.

Renfe lo achaca a la cada vez mayor escasez de maquinistas en la empresa "debido a las desvinculaciones, a las bajas y a los permisos". Un cúmulo de factores que provocan "una situación nada ideal", según admite la responsable del servicio, y que se está intentando paliar con nuevas incorporaciones.

UNAS 200 BAJAS. Pero los agujeros a tapar son muchos. Fuentes sindicales hablan de unos 200 compañeros, entre los que se han prejubilado (a los maquinistas se les permite hacerlo a los 58 años), y los que se han marchado tras pactar el finiquito con Renfe "sencillamente, porque ya no aguantaban más".

En este escenario, todo apunta a que los trastornos, lejos de disiparse a corto plazo, todavía se mantendrán varias semanas. Las mismas fuentes sindicales apuntan a que "la sustitución de los compañeros que se han ido o están de baja es lenta, por lo que ahora mismo padecemos este problema una media de tres veces a la semana. Y se mantendrá bastante tiempo". Un pronóstico que las fuentes de Renfe consultadas no se han atrevido a desmentir.

Esta peculiaridad solo afecta al tren hotel a Madrid, puesto que el otro convoy que une las Rías Baixas con la capital —el Alvia— no viaja de noche y, además, dispone de una máquina híbrida que no está afectada por esos relevos de maquinista.

RESIGNACIÓN ENTRE PENSIONISTAS Y MILITARES
Los principales usuarios del tren hotel entre Madrid y Pontevedra son militares y pensionistas. Los primeros, porque se benefician de un descuento del 65% sobre el precio final; los segundos, porque pagan entre un 40%  y un 25% menos, gracias a la tarjeta dorada. "Los más habituales están ya tan acostumbrados a tener que ir un tramo en autobús que ya no protestan, se lo toman con resignación", dicen los trabajadores.

COMPENSACIÓN DE 5,3 EUROS. Los viajes son diarios, excepto los sábados. A las dos últimas estaciones del recorrido (Vigo y Pontevedra) llegan entre 30 y 40 personas cada día, dependiendo de las fechas. De ahí que Renfe se vea en la necesidad de fletar un autobús de 50 plazas cada vez que la tractora "se apea" en Monforte.

Cuando se produce esta deficiencia en el servicio, a los viajeros se les devuelve el 20% del precio del trayecto entre Pontevedra y Monforte (26,5 euros). Es decir, se les abonan 5,3 euros.

Una compensación que, a juicio de los afectados, "es ridícula, teniendo en cuenta que el billete en tren hotel cuesta 82,20 euros y que te obligan a bajarte del tren a las seis de la mañana para meterte en un autobús".

El sindicato CGT denunció recientemente que en la primera semana de febrero fueron suprimidos hasta diez trenes en Galicia también por falta de maquinistas, siendo sustituidos los servicios por ocho autobuses y siete taxis, cifra que durante diciembre pasado llegó a 74 trenes de media distancia suspendidos por la carencia de conductores.

NOVEDAD. Un Talgo para el servicio entre el País Vasco y Galicia

Renfe sustituirá el próximo lunes el material con el que presta a diario el servicio Intercity entre Galicia y el País Vasco por un tren Talgo, más confortable y con mejores prestaciones.

El IC Galicia-País Vasco se realiza en la actualidad con coches D-200 y dispone de cuatro ramas (A Coruña, Vigo, Bilbao e Irún). Seguirá denominándose Intercity y se prestará a partir del lunes con material Talgo, e incorporará algunas modificaciones sobre el servicio actual. La principal consiste en que unirá a diario A Coruña e Irún (y viceversa), mientras que el servicio a Vigo y Bilbao se realizará temporalmente mediante un enlace, hasta que se pueda prestar con normalidad en todas las ramas. 

El Talgo ofrecerá a los viajeros asientos de clase Preferente y Turista, así como servicio de cafetería, vídeo y música. 

La renovación está motivada por la antigüedad de los 17 coches que se utilizaban para prestar el servicio, así como la detección de amianto en algunos componentes de estos coches.

Comentarios