Reservas de agua a tope en toda la comarca para afrontar la primavera

Las copiosas lluvias de los últimos días sitúan el embalse de O Pontillón al 100 por 100 de su capacidad 
Imagen de la cascada del río Barrosa. RAFA FARIÑA
photo_camera Imagen de la cascada del río Barrosa. RAFA FARIÑA

Las copiosas lluvias que han afectado a Pontevedra y a su comarca en las primeras semanas de 2021 han servido para llenar hasta los topes las reservas de agua de las que disponen las autoridades competentes para el abastecimiento doméstico e industrial. Tanto es así que el estado de los embalses supera con creces el del año pasado en la demarcación Galicia-Costa (que se halla a un 94 por ciento de su capacidad, por el 86 que presentaba hace 12 meses). La situación es aún mejor en Pontevedra y en su zona de influencia, ya no solo por el nivel de reserva que presenta la presa de O Pontillón de Castro, que luce un 100 por 100 según los últimos datos que ofrece Augas de Galicia, sino también por el caudal del río Lérez, que, con más de 61 metros cúbicos por segundo, es un 30 por ciento superior que en el mes de febrero de 2020. Su nivel, paralelamente, también es mucho mayor, alcanzando una cota superior a los cuatro metros, algo que no se recordaba en los últimos años en el principal soporte hídrico de la Boa Vila y de la mayor parte de poblaciones de la ría de Pontevedra.

Los embalses, fuente de problemas en períodos secos en años precedentes, presentan un nivel envidiable no solo en las proximidades del Lérez, sino también en el resto de la provincia. Así, los que abastecen a Vigo y a su área de influencia, Eiras y Forcadas, presentan datos superiores al 80 por ciento. La presa del Umia se queda en un 70 por ciento de su capacidad, pero la de Vilagarcía supera el 90 por ciento.

En cuanto a la previsión meteorológica a corto plazo, los servicios de predicción de la Agencia Estatal de Meteorología y los especialistas de MeteoGalicia coinciden en que estos últimos días de febrero estarán dominados por una presencia anticiclónica que, además de ausencia de precipitación, traerá consigo picos de temperatura realmente suaves, que podrían acercarse a los 20 grados en las horas centrales del día, tal y como ocurrió en la jornada de este miércoles. 

Esta situación variará ligeramente en la jornada de este jueves, que amanecerá con cielos cubiertos. Sin embargo, ya a partir del viernes desaparecerán las nubes, las temperaturas subirán de nuevo y las posibilidad de precipitación será prácticamente nula.

Así, y en vista de las nuevas medidas que permiten los desplazamientos entre los municipios del área sanitaria, se presenta un fin de semana en el que la playa es de nuevo una opción real.

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