Las residencias extreman las medidas de prevención para blindarse contra la Covid-19

Los centros de mayores se protegen del coronavirus con la frecuente desinfección de las instalaciones ? Los ancianos mantienen el contacto con sus familias a través de vídeollamadas de WhatsApp y Skype
Retén de personal sanitario de la residencia de la tercera edad Mi casa de Pazos de Borbén. CEDIDA
photo_camera Retén de personal sanitario de la residencia de la tercera edad 'Mi casa' de Pazos de Borbén. CEDIDA

Los geriátricos de Pontevedra y su entorno, tanto públicos como privados, están llevando al límite las medidas de prevención dictadas por las autoridades sanitarias para intentar blindarse contra la Covid-19, un objetivo que están logrando hasta la fecha porque el balance no puede ser mejor, con ningún caso de contagio entre los usuarios ni el personal.

Maite Caneda, directora de la Residencia da Terceira Idade de Campolongo, explica que la situación de contagios en este centro es "cero, cero", ya que no hay usuarios ni trabajadores que hayan dado positivo en la Covid-19. Afirma que "no hay casos probables ni sospecha de que los pueda haber" transcurridas las dos primeras semanas del confinamiento contemplado en el decreto del estado de alarma.

"Andamos con muchísimo cuidado. De hecho, antes de que se implantara la alarma sanitaria y nos dieran instrucciones ya habíamos tenido unas cuantas reuniones en el centro para ir preparando el plan de actuación", señala.

Entre las medidas que adoptó el geriátrico figura el consejo, desde un primer momento de evitar las visitas de familiares (al principio estaban restringidas a un familiar al día por usuario, que ahora están prohibidas), una decisión que los parientes aceptaron de buen grado. Ahora mantienen la comunicación a través de videollamadas a través de WhatsApp y de Skype activados por los propios trabajadores del centro.

La directora del geriátrico destaca el buen comportamiento de los 96 mayores que residen en el centro, que no se cansan de dar las gracias al personal por la labor que están desarrollando para impedir la entrada del coronavirus en la residencia, ya que están al tanto a través de la televisión de las trágicas noticias que se están registrando en algunos establecimientos de la tercera edad.

También entre las medidas de prevención adoptadas por el centro figura la retirada de los objetos y de las cortinas de las habitaciones para facilitar los trabajos de desinfección diaria de los dormitorios. "Aunque para los mayores fue duro ver cómo sus cosas tenían que quedar guardadas dentro del armario lo entendieron a la perfección. Están tan concienciados en evitar que puedan registrarse contagios que incluso se vigilan entre ellos mismos", subraya la directora.

Otra de las actuaciones que efectúa diariamente el geriátrico de Campolongo es la fumigación de los baños y los vestuarios con una máquina adquirida después de las labores de desinfección que la Brilat efectuó la semana pasada.

Además, la Consellería de Política Social reforzó la plantilla de la Residencia da Terceira Idade con un auxiliar de cocina, una gobernanta, seis camareros-limpiadores, dos auxiliares de clínica y una médico. En la actualidad figuran en nómina alrededor de un centenar de trabajadores. "Este personal es necesario porque incluso tuvimos que organizar varios turnos de comedor para que los usuarios comieran uno solo en cada mesa", explica Maite Caneda.

SOREMAY. Los medios de protección contra la Covid-19 están llegando a cuentagotas a la Residencia Urbana de Mayores Soremay, situada en la calle Pedro Sarmiento de Gamboa, en la que se viven 86 personas de la tercera edad. El personal efectúa cada hora la desinfección de las instalaciones (fumigaciones con alcohol) en las que los mayores permanecen aislados como medida para protegerles de los tan temidos contagios.

Rocío Pidre, directora de la residencia, señala que hasta el momento impera la tranquilidad porque "no hay ningún caso sospechoso, evitando dentro de lo posible mantener contacto con los usuarios porque somos quienes entramos y salimos del centro".

Asegura que a los ancianos les había resultado muy dura la primera semana de confinamiento, pero que con el paso de los días han ido adaptándose.

"A las residencias privadas el Estado no nos está protegiendo ni ayudando más que a otras, por lo que debería saber que el personal está haciendo todo lo posible con los medios con los que cuenta para que no se registren contagios ni se produzcan fallecimientos", explica Rocío Pidre, al mismo tiempo que denuncia que el Gobierno central "está despellejando" a los centros de mayores de carácter privado.

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