María Martín: "La resistencia a cambiar el lenguaje es la que hay a cambiar a la sociedad"

María Martín imparte este fin de semana una clase magistral sobre el lenguaje inclusivo. Es una de las novedades de la sexta edición de As mulleres que opinan son perigosas. "No se trata de cambiar unas palabras por otras para evitar la discriminación, sino de reflejar el mundo tal y como es", dice
María Marín Barranco. DP
photo_camera María Marín Barranco. DP

Se define como feminista impenitente e impertinente. María Martín Barranco es licenciada en Derecho, de pequeña devoraba diccionarios y hoy escribe libros sobre el lenguaje inclusivo y la discriminación a través de las palabras. Docente y consultora, entre sus especialidades destaca el análisis y la detección de necesidades en el ámbito de la igualdad.

Ni por favor, ni por favora. Cómo hablar (y escribir) con lenguaje inclusivo. Y punto es el título de uno de sus libros y también el de la clase magistral que ofrecerá este sábado. ¿En qué va a consistir?
Voy a hacer un repaso muy rápido de cómo con la lengua podemos discriminar a las personas, y cómo a veces se nos olvida que nuestra propia lengua puede contener elementos discriminatorios que obviamos, por ejemplo en el castellano la obligación de concordancia en masculino cuando se trata de personas. En lugar de hablar de las típicas herramientas para la lengua española (de decir evita el masculino genérico, cambia alumno por alumnado...) voy a contar dónde podemos encontrar las discriminaciones para poder evitarlas sea cual sea la lengua en la que estamos hablando.

Y ¿Dónde las encontramos?
Voy a dar tres pistas. Si tenemos que preguntar ¿eran mujeres o eran hombres? es que las mujeres se están invisibilizando. Da igual la lengua que estemos utilizando. Si están nombrando a mujeres y hombres, pero ellos siempre van en primer lugar, o son la posición principal, también da igual con qué herramientas lo estén haciendo. Esto pasa mucho cuando hablamos ‘de la mujer de’, ‘la novia de’,’ la viuda de’... Y por último, la perpetuación del marco conceptual. Esa idea de que el ser humano es varón y que el mundo gira alrededor de sus necesidades y que sus necesidades son las de toda la sociedad. Por ejemplo, cuando se hacen investigaciones y se presentan en prensa y se habla de científicos en general, o se ofrece un estudio sobre una enfermedad y resulta que se ha estudiado solo con el hombre. Evitar la discriminación no depende tanto de cambiar unas palabras por otras como de tener la suficiente habilidad lingüística para reflejar el mundo tal y como es. Y el mundo no está compuesto solo de varones blancos, heterosexuales y de mediana edad.

Cuáles son los errores más frecuentes a la hora de hablar o de escribir desde una perspectiva de género.
Se pueden dividir en dos errores, dependiendo del nivel de concienciación. Cuando no se tiene conciencia o se piensa que el lenguaje inclusivo es una tontería lo más habitual es reproducir diversos tipos de invisibilización generalmente a través del masculino genérico. En una situación en la que dices "Hola, buenas tardes", ya incluyes a todas las personas. No tienes que incluir más, hay quien añade: "a todos". Ese tipo de errores que a veces se hace a conciencia. En el Parlamento nacional hemos escuchado a un partido decir "señora presidente", cuando es incorrecto gramaticalmente y lo saben. Pero cuando ya se tiene cierta conciencia hay dos errores muy habituales: El primero es usar solo la herramienta del desdoblamiento, en género masculino y femenino. Se empieza con "buenas tardes a todos y todas" y acaba por hacerse repetitivo. Se ha ridiculizado hasta el extremo, porque parece que se han creído al 100% lo que dice la RAE y desdoblan y desdoblan y ya dicen "todos, todas y todes". Hay otro error que es muy significativo. Se empieza hablando de persona o de gente y más adelante concuerdan en masculino. Parece que al estar hablando en femenino todo el rato nos falta algo o nos resulta extraño y rápidamente pasamos al masculino genérico. O por querer nombrar a las mujeres en ocasiones se dicen cosas que no hacen falta. Por ejemplo, "Las mujeres científicas", si son científicas ya sabemos que son mujeres. 

"La RAE sabe que controlar la lengua es un poder que no está al alcance de todo el mundo"

Por qué cree que cuesta menos aceptar vulgarismos como toballa o almóndiga, aceptados por la RAE, y cuesta tanto emplear el lenguaje inclusivo.
Hay dos factores que influyen. En primer lugar el conocimiento. Mucha gente identifica el lenguaje inclusivo con el desdoblamiento y eso nos produce rechazo. Pero hay un grupo de la población para la que es por posicionamiento político, se acusa al lenguaje inclusivo de ideología queriendo dar por hecho que lo que hablamos con sexismo no tiene ideología, pero sí la tiene, tiene una ideología machista. La resistencia a cambiar el lenguaje es exactamente la misma que hay a cambiar a la sociedad. Hay muchas personas a las que les gusta el mundo en el que viven y que creen que las mujeres tenemos que estar en una posición subordinada, ponen excusas lingüísticas, pero su resistencia es política. Lo que es inexplicable es la resistencia de las instituciones académicas. ¿Por qué la RAE está contra el lenguaje no sexista si hay propuestas que son perfectamente acordes con su propia gramática? No quieren saber lo que es el lenguaje no sexista y van ofreciendo bulos que son ridículos. La RAE tiene mucha conciencia de que controlar la lengua es un tipo de poder que no está al alcance de todo el mundo. Nos dicen que queremos cambiar el lenguaje, pero es que la lengua ha evolucionado siempre.

Tiene experiencia como formadora en diversas áreas de los estudios de género para organismos públicos y privados y la sociedad en general. ¿Qué nota nos pone?
Como sociedad no llegamos al aprobado, si lo miramos en general, pero tengo la esperanza de que poco a poco la cosa vaya mejorando. Es cierto que desde la clase política se ven algunos intentos. Aunque no acabo de creerlo porque hay pocas personas que se dedican a la política que utilicen lenguaje inclusivo con fluidez y casi todos están en un lado del espectro político. Las administraciones públicas tienen un mandato legal en la Ley de Igualdad y ahí fallan estrepitosamente. No hay más que ver el BOE, las páginas de los ministerios... Suspende la Administración y después quienes vamos detrás. Podríamos aprender más rápido, pero le importa a poca gente.

"Somos muchas, somos diferentes y tenemos derecho a expresar lo que pensamos"
Martín Barranco estará este domingo hablando de la discriminación a través de las palabras en el foro As mulleres que opinan son perigosas. "Me parece una propuesta interesantísima y un ejemplo fundamental de resistencia feminista y de resiliencia periodística y de que no nos vamos a quedar calladas porque tenemos mucho que decir", señala la autora de Punto en boca. "Es verdad que las mujeres opinando no gustamos. Da igual lo que digamos, lo que no gusta es que estemos", añade. "Además esta propuesta tiene mucho cuidado en escoger voces diversas. A veces incluso son posiciones encontradas, pero no pasa nada. Ni todas tenemos que ser unas activistas peleonas ni todas tranquilas, sensatas y normativas. Somos muchas, somos diferentes y tenemos derecho a expresar lo que pensamos. No se piensa que los hombres que opinan distinto tienen un problema entre ellos, ¿no?".

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