La resolución del crimen de la desbrozadora, marcada por las dudas del jurado

Los nueve ciudadanos debatieron durante todo el día sobre el equilibrio mental de José Luis Viéitez y su grado de imputabilidad

Desbrozadora empleada por el acusado para dar muerte a su vecino en junio de 2017 en A Cañiza. JAVIER CERVERA-MERCADILLO
photo_camera Desbrozadora empleada por el acusado para dar muerte a su vecino en junio de 2017 en A Cañiza. JAVIER CERVERA-MERCADILLO

El fiscal, Juan Sagredo, ya se lo había advertido al jurado el día que comenzó el juicio: la clave del conocido como crimen de la desbrozadora de A Cañiza está en el grado de imputabilidad de José Luis Viétiz, autor confeso del ataque en junio de 2017 acabó con la vida de su vecino José Carlos Álvarez y seccionó varios dedos a su hija Jessica, además de causarle numerosos cortes.

Durante las sesiones, los nueve ciudadanos que deben dirimir este caso escucharon conceptos como trastorno adaptativo, problemas de autocontrol, enajenación mental transitoria, alcoholismo, miedo insuperable... demasiadas connotaciones como para emitir un veredicto a la ligera.

Fueron precisamente esas dudas las que les mantuvo deliberando durante toda la jornada del lunes y las que aplazaron su resolución más allá de lo previsto inicialmente por las partes.

Nadie duda que José Luis Viéitez dio muerte a su vecino e hirió gravemente a su hija. El propio acusado lo reconoció durante el juicio, si bien asegura que su reacción fue puramente defensiva e instintiva, que temió por su vida al ver a sus vecinos acercarse y que se limitó a apartarlos "como pude".

Su abogada incidió en ese "miedo insuperable" para justificar una acción que mató a José Carlos Álvarez y amputó varios dedos a su hija, fruto de la multitud de cortes inferidos con la desbrozadora que portaba el acusado.

Frente a esta versión, las acusaciones sostienen que José Luis Viéitez lanzó un ataque "por sorpresa, sin mediar palabra ni aviso que diera a sus objetivos opción para defenderse". Jessica Álvarez así lo manifestó durante la vista oral, cuando dijo que su vecino asestó primero golpes con la desbrozadora encendida en dirección a su padre (momento en el que le seccionó la nariz) y que a continuación, al comprobar que ella le estaba grabando con el móvil, la atacó.

Los forenses que cerraron el turno de declaraciones no arrojaron mucha luz al jurado. Aseguraron, tal y como reconoce el fiscal desde el primer momento, que José Luis Viéitez tenía sus facultades mentales muy alteradas en el momento del ataque, lo que le impedía distinguir entre el bien y el mal y tener control sobre sus impulsos. Sin embargo, dejaron entrever que esa ofuscación no le eximía completamente para ser consciente de que su acción podría conllevar la muerte de una persona.

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