El anterior administrador de Nexia, Pablo Valiñas Monteagudo, y su padre, José Luis Valiñas Barreiro, abandonaron Pontevedra el tercer fin de semana de enero, aunque las versiones sobre las maneras y los motivos varían en función de a quién se le pregunte.
Preguntado un día antes por este periódico, Pablo Valiñas aseguró que se marchaba a Panamá para centrarse en los "negocios" que ostenta al otro lado del Atlántico y que no era una huida, sino un viaje con billete de vuelta. Él y su padre tienen relación con al menos una empresa, IMEG, que echó a andar en tierras panameñas en 2011, dos años antes del desplome de Sercoysa.
En cambio, según otras fuentes, ambos empresarios se vieron obligados a adelantar un día su viaje a Panamá para esquivar a algunos acreedores que, al parecer, les presionaron para abonar facturas pendientes. "Los últimos días estuvieron vigilándolos 24 horas en las casas que tienen en Pontevedra, Sanxenxo y A Caeira, lo que les hizo refugiarse en el hotel de unos conocidos".
Según estas mismas fuentes, el suyo fue un viaje "forzado por las maniobras supuestamente irregulares en la gestión de la sociedad". "Los últimos dos años se llenaron los bolsillos", señalan estos acreedores.
INDIGNACIÓN ANTE UNA POSIBLE LIQUIDACIÓN A CORTO PLAZO
"Esto ha sido una estafa y este hombre es un liquidador que viene a trocear la empresa". Así reza la hipótesis más compartida cuando uno pregunta por el presente y futuro de Nexia, tanto dentro como fuera de los círculos de la compañía.
La Ley Concursal vigente contempla dos tipos de concurso de acreedores. Uno es voluntario y debe ser iniciado por la administrador en un plazo máximo de dos meses después de conocer la situación de insolvencia, por eso muchos se preguntan por qué todavía no se ha activado este mecanismo.
El segundo tipo es el concurso necesario y es instado por uno o varios acreedores de la sociedad en cuestión.
