Las restricciones de la covid minimizaron la actividad de los Bomberos durante 2020

Las intervenciones por incendios urbanos descendieron hasta las 69, la cifra más baja de la década  Se dispararon las aperturas de puertas
Los funcionarios en una medición de gas en A Peregrina. JOSÉ LUIZ OUBIÑA
photo_camera Los funcionarios en una medición de gas en A Peregrina. JOSÉ LUIZ OUBIÑA

Las restricciones asociadas al control de la pandemia han tenido una indudable repercusión en la movilidad de los ciudadanos y en su presencia en la calle, reduciéndolas a mínimos nunca vistos. Esa reducción también ha minimizado hasta niveles históricos la actividad de los Bomberos, que durante el pasado año alcanzaron las cifras más bajas en la práctica totalidad de los distintos tipos de intervenciones.

Una de sus señas de identidad, la extinción de incendios urbanos, marcó el registro más bajo de los últimos diez años: 69. Fueron once menos que el año anterior y más de la mitad del tope de la década, establecido en 2010 con 139 fuegos.

A una media próxima a los seis siniestros al mes, la época de mayor siniestralidad fue el verano, pues entre junio (6), julio (9), agosto (11) y septiembre (10) sumaron más de la mitad de todos los incendios detectados en 2020. El mes más tranquilo fue noviembre, cuando no se registró ningún percance de estas características.

El notable descenso también se detectó en la extinción de fuegos forestales, pues durante el pasado año solo participaron en dos siniestros, seis menos que en 2019 y muy lejos de las trágicas olas de incendios de 2015 y 2011, cuando tuvieron que intervenir en 20 y 29 ocasiones, respectivamente.

347 ACTUACIONES. A lo largo del pasado ejercicio, los funcionarios municipales llevaron a cabo un total de 347 actuaciones, de las que una tercera parte corresponden a la faceta que más les mantuvo ocupados: la observación, inspección, valoración y retirada de nidos de avispa velutina, una auténtica plaga que, lejos de menguar, cada año incrementa su presencia en el término municipal.

La memoria anual contabiliza 119 intervenciones (la inmensa mayoría durante la época estival), aunque no fue el año de mayor ajetreo en este apartado. Le superó las 222 retiradas de 2018.

Otra de las labores más mediáticas de los Bomberos son la colaboración en accidentes de tráfico, principalmente para socorrer a víctimas atrapadas en el interior de los vehículos. También aquí se redujo la actividad, consecuencia lógica del enorme descenso en la intensidad circulatoria durante la primera y la segunda ola de la pandemia.

Sus 28 participaciones en siniestros viarios no fue la cifra más reducida de la década (está por detrás de las 23 en 2015) pero sí supone el segundo registro más bajo. El mayor número de salidas se produjo en julio (con cinco) mientras que en abril no llegaron a efectuar ningún auxilio en carretera.

La tendencia a la baja se traslada, asimismo, a otros campos habituales de actuación de los Bomberos, como la sujeción y retirada de elementos (vallas, losetas, tejas, chapas, etc.) que se quedó en 21 intervenciones, 12 menos que en 2019 y el dato más discreto de la última década.

La retirada de árboles fue otro aspecto que se resintió con el coronavirus, pues solo fueron necesarios sus servicios en 17 ocasiones, la segunda cifra desde 2010, solo superada por los 13 de 2011.

Del mismo modo, la colaboración en servicios preventivos se redujo el pasado año exclusivamente a dos: la Cabalgata de Reyes y el Entierro de Ravachol. Muy lejos de los 25 operativos de 2019 y de los 31 de 2018. 

Los funcionarios se encontraron con 10 cadáveres, siete tras entrar en una vivienda, dos en el río y uno en un accidente

PUERTAS ADENTRO. Frente a un mayoritario descenso de la actuación de los Bomberos "en el exterior", sí crecieron las demandas de auxilio en el interior de viviendas. Así, de las ocho personas rescatadas en 2019 se pasó a las nueve del último año, y el auxilio de animales creció de los tres del ejercicio anterior a los seis de 2020.

Pero el capítulo que originó más salidas del Parque fue la apertura de puertas, fruto del mayor tiempo que los ciudadanos pasaron dentro de sus hogares, lo que multiplicó situaciones como salir a la calle sin llaves o que se cerrase la puerta por un golpe de aire.

Se realizaron 44 servicios de estas características, la cifra más elevada de la década, duplicando a los registros de los cinco últimos años. En muchas ocasiones, los Bomberos se encontraron al otro lado con el dramático hallazgo de un cadáver. Eso ocurrió en siete ocasiones. En total fueron diez los cuerpos sin vida rescatados, añadiendo dos que flotaban en el río y uno en el interior de un vehículo tras un accidente en Soutomaior.

Precisamente, las salidas a otros concellos han continuado la tónica descendente de los últimos años y en 2020 sólo se registraron siete: cuatro a Poio, uno a Marín, otro a Vilaboa y otro al ya mencionado de Soutomaior.

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