La Sección Cuarta de la Audiencia Provincial de Pontevedra retoma este martes (11.30 horas) el juicio contra a las dos personas que estaban al frente del Club Pigalle, conocido local ubicado en la carretera que une Pontevedra con Vilagarcía a su paso por el término municipal de Meis, y que fue aplazado en enero ante la ausencia de una de las víctimas, testigo fundamental para la sesión plenaria.
La fiscal del caso entiende que los acusados son autores de tres delitos de trata de seres humanos en concurso con otro de prostitución, uno de inmigración clandestina y, en el caso del varón, uno más de agresión sexual. Los investigados captarían a las víctimas en Venezuela aprovechándose de su situación de extrema vulnerabilidad.
Una vez localizadas, les ofrecían un 'trabajo' en España, pero cuando llegaban al Pigalle eran sometidas a prácticas cercanas a la esclavitud, trabajando a cambio de nada: todo lo que les pagaban los clientes revertía en los acusados, que les imputaban una supuesta deuda por el viaje transoceánico.
La agencia Interpol recibió en enero una orden de busca a nivel mundial para localizar a la supuesta víctima de los delitos citados y que no compareció en la fecha fijada inicialmente para el juicio por los citados delitos que debía celebrarse en la Audiencia Provincial de Pontevedra. El Tribunal, a instancias de la Fiscalía y de la acusación particular, decidió aplazar la vista, dada la importancia "fundamental" de esta testigo, cuyas aclaraciones son básicas para sustentar el argumentario del Ministerio Público.
Los hechos proceden de denuncias interpuestas en 2018. Las víctimas habrían sido captadas en su país por personas relacionadas con los dos acusados, los responsables del club. Con el gancho de un trabajo en Europa y conscientes de que eran mujeres en grave riesgo de exclusión social, las transportaban a España de forma clandestina y las obligaban a ejercer la prostitución. Los acusados, de nacionalidades brasileña y rumana, se exponen a posibles penas de 23 y 22 años de prisión.